Sa pasao. Sabía que me iba a quejar del verano pero no pensé que tan pronto. Es que, de verdad, sa pasao. El sábado en casa de mi prima Anfitriona pensé que la calorina se debía mayormente a los lechoncitos asados pilipino style que era sólo acercarse a la barbacoa y ya daban calor al mirarlos. El domingo creí que la culpa era mía por meterme a arreglar el armario de mi hijo que desbordaba camisetas de manga larga y vaqueros espesos y abrigosos. Pero hoy, hoy tras pasar horas en Barajas con el aire acondicionado maravilloso y pasear Madrid (en coche + aire acondicionado) con los primos americanos de última hornada (y nunca mejor dicho)… pues tras todo eso he comprendido que el calor se ha puesto insoportable. De verdad. Que lo paren un rato, por favor. Que mañana me toca visita al Prado y al Bernabéu y me va a dar una insolación deportivo-cultural. O algo así.