hoy llega oficialmente el verano pero ya llevaba días dando guerra. Luego nos quejaremos del calor pero hoy, hoy mismito, lo que me pregunto es cómo podemos resistir casi nueve meses de no-verano. Sin piscina ni chapoteos playeros, sin días larguísimos y noches azul marino. Y que no me hablen de las piscinas climatizadas que, al fin, es como nadar en una sopita templada. Ni del aire acondicionado tan carísimo y fatal para la garganta habiendo botijo y cubos de agua para salpicar las paredes en caso de necesidad al mejor estilo castellano.
Adoro el verano, sí