UN CONTRAPARIENTE

Ultimamente voy lentísima y espaciada. Que se me van las semanas sin escribir, vamos. Y eso que la mía no es una vida realmente agitada. Más bien me muevo en exclusiva entre madre e hijo. Y estos recientes días con los primos de América. O sea, que lo paso bien pero tampoco es para echar cohetes. Aunque hoy sea 4 de julio.

Pero tal día como ayer redescubrí vía guasap a un contrapariente que tenía algo olvidado. Él, que se apellida como yo, dice que no somos familia. Bueno, él se lo pierde. Pero dado nuestro común apellido, en algun momento genealógico hemos debido compartir un bisabuelo (o similar) pecador. Y, dada la extensión de mi familia (no sé de la suya pero seguro que no son pocos, la explosión demográfica es marca de la casa), un bisabuelito muuuuy pecador.

Él va en moto por la vida con las consecuencias previsibles (ya no estamos en edad de dos ruedas) y se ha marchado de viaje a no sé dónde. Ahora ha vuelto y me manda guasapitos chistosos y simpáticos.  O sea, un contrapariente como este verano: aparece cuando menos te lo esperas pero siempre es una alegría.

Prometo no dejar pasar otro mes sin contaros cosas.

Leave a Reply