BECHAMEL

Estoy observando el mundo detras de mi ventana. Desde que empezó todo lo extraño me voy pareciendo cada día más a Ms. Danvers, la fiel ama de llaves de Rebeca. Es porque paso mucho tiempo mirando desde este lado de las ventanas. Y sin hablar apenas.
Sobre todo levanto los ojos al cielo en espera de la plaga de langostas. Tengo la, tal vez ingenua, idea de que mi situación mejorará si el siguiente desastre no me pilla desprevenida como los anteriores.
Llevo ya un ratito mirando hacia arriba y decido cambiar de postura miradora y bajar la vista. Hacia mis vistosas jardineras color fucsia a juego con las flores de vinca pervinca y las petunias (dos) emperradas en sobrevivir.
Ay ay ay. Hoy por fin se ha retirado la nieve que las cubría y…. ay ay ay parecen una foto de la cocina de Argiñano.
Las flores han desaparecido que es lo que debían haber hecho hace un par de meses. Y las plantitas… ay mis plantitas. Han mutado en espinacas a la crema pero sin crema.. Tienen ese peculiar tono verde oscuro e intenso y están apretujadas y flacidas. Puede que sea un aviso del cielo. Así que me voy a preparar la bechamel.

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