NUNCA ES TARDE…

Es lo penúltimo en la sección Sucesos y mi hija y yo discutimos ampliamente sobre este asunto. Ella opina que no tiene interés y sólo es más de lo mismo. Igual a otros momentos, con la misma falta de motivos, habitual ya. Y se malhumora notablemente.
A mí en cambio me parece llamativo. Pienso que hay que estar muy quemado para decidirse a estas alturas del curso. O, tal vez, era algo que pesaba hacía tantísimo tiempo que explotó de golpe y porrazo, ya sin lógica ni razón.
Mi hija disiente, no cree en la cólera repentina como atenuante. Ni como motivo siquiera. Para ella este suceso es ley de vida en esta vida absurda y distorsionada que llevamos. Se siente en casa, se aprende en la calle y en la tele, se ve en el trabajo y en el parque donde juegan nuestros niños. Y seguirá viéndose. O no, porque antes también estaba ahí y apenas sabíamos de ello.
El suceso, ya os habréis dado cuenta, es que un hombre de 85 años ha matado a su mujer de 83 a cuchilladas y luego ha intentado suicidarse. No lo ha conseguido porque se ve que las cuchilladas duelen y a mitad de camino perdió el interés. Eso sí, seguro que pensó nunca es tarde si la dicha es buena. Qué barbaridad.

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