NO MUY GRANDE

Me llaman del banco. Que hacen saldo de la multitud de cosas no bancarias que nos ofrecen siempre a plazos y a barullo. Los bancos cada vez se parecen más a un bazar. Esta vez se trata de una tele. Como la mía tiene cierta antigüedad y una manchita en la pantalla, arriba a la derecha, que si hay dos besándose no me deja ver más que a uno, decido aceptar la oferta.
Pregunto cómo es. Samsung me dicen. ¿Y de tamaño? inquiero de nuevo. No es muy grande pero la visión es magífica (de eso hablaremos otro día), me dicen. Bueno, pues vale. Me la mandan a casa previo compromiso por mi parte de pagar una pequeña cuota mensual hasta el Armageddon (más o menos)
Cuando llega el mensajero con la tele comprendo inmediatamente que, en realidad, es una tele con mensajero. La «no muy grande» puesta de pie me llega hasta la nariz. Y de ancho es como yo misma desplegada por los laterales.
Animosa como soy pienso que se debe a estos embalajes modernos que abultan tantísimo y que dentro de la caja estará mi tele nueva de medidas razonables atrapada en un marco de esa especie de corcho blanco cuyo nombre no recuerdo ahora. Y con todos los huecos rellenos de esas bolitas blancas, primas del anterior, que sirven para proteger a la «no muy grande» y desparramarse por el suelo de toda la casa en cuanto retiramos el embalaje. Y digo «retiramos» porque han hecho falta tres personas, bueno, dos y media porque reconozco que yo no he sido de gran ayuda, para extraerla de su caja y subirla a su sitio sobre una mesita antigua que no sé cuánto resistirá.
Eso sí, no ha hecho falta buscarle un nombre. Mi televisión nueva se ha ganado a pulso (de los que la mueven e instalan) su nombre magnifico de reina de la copla. Mi tele de ahora se llama «La No Muy Grande».

2 Responses to “NO MUY GRANDE”

  1. Elisa dice:

    Real como la vida misma jajajajaja
    Cuántos cabeis ahora en el salón?

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