Nos decían en el cole que «se dice el pecado pero no el pecador». También es cierto que del colegio hace como mil años mal contados. Así que ya es tiempo de pasar de máximas tan antiguas. Aparte que aquí el pecador se merece el nombre en mayúsculas, por lo menos.
Se trata de CEPSA y ,sobre todo , de su publicista favorito.
Por razones personales pero fáciles de comprender, en los ultimos meses he tenido que utilizar dos veces los aseos de una gasolinera CEPSA. Y enfrentarme a su nueva campaña de publicidad. No sólo nos cuenta CEPSA que su gasolina es la más mejor en el mundo mundial (del precio no habla) sino que visitando sus instalaciones higiénicas (supuestamete) nos encontraremos «Como en casa».
Les reconozco la valentía, hay que sacar mucho pecho para hacer una afirmación así.
Mi pregunta, motivada por dos infaustas experiencias, es:»¿Como en casa de quien?»
Desde luego como en la mía, no.
En casa no tenemos una pegatina enorme en el espejo con imágenes de jabón, gel y patito amarillo. Pero tampoco tenemos un lavabo que se limpió por última vez antes de la pandemia ni un water con pis ajeno (puajj) ni un suelo con marañas de papel higiénico mojado.. Y por supuesto no tenemos que pedir la llave al señorín de caja ni oir su entretenida historia sobre que es fin de semana y está solo y hace lo que puede. Que, evidentemente no incluye un aseo en condiciones ni un trato amable para el cliento, la clienta ni, como en este caso, cliente.
CEPSA debe tener la casa hecha una porquería.