EL POBRE FAVORITO

Un poema para intelectuales, o sea, en inglés y con mucho mensaje interior, se coló en este blog. Y me ha tenido blogqueada durante un mes o así.

Pero parece que ya está arreglado y he vuelto a la vida.

Ayer, miércoles 8, día de santa Elisenda, he descubierto en la calle a mi pobre favorito. Sentado al sol pero en el suelo. Apoyado contra la pared del hotel que hace esquina entre el paseo del Prado y la calle Atocha, en un lugar más castizo que la verbena de la Paloma. Y por el lado que queda frente al Jardín Botánico porque el otro estaba en sombra y frío pelón.

Iba bien abrigado,  lucía una barba rubiales de hipster extranjero y los ojos más azules de la acera. Pienso ahora que será extranjero pero poco,  porque se manejaba muy bien en castellano.

A la derecha, delante de él, un cartel apoyado en un sombrero gris con la copa hundida primorosamente para formar una especie de bandeja.

El cartel es un trozo de cartón y las letras están pintadas con un rotulador negro. Un cartel como todos.  Lo diferente es lo que pone: Para Un Ferrari, dice.

Le pregunto y me explica:

_”Cada uno pide para lo que quiere ¿no? cada uno pide para lo que le gusta. Y además, así se charla con la gente”

Y en eso lleva toda la razón. Me alegra además saber que no pide para una madre deshauciada, una mujer enferma o cinco hijos hambrientos. Que lo suyo es pasión por un Ferrari. Testa Rossa, supongo, y de color rojo reventón.

Así que rompiendo mi norma de no dar dinero en la calle a los que piden (ya sé que a muchos no les parecerá bien pero es mi norma) pongo moneditas en el sombrero.  Y le propongo para Pobre del Año en Madrid. O  al menos, para Pobre Favorito.

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