Me refiero a si es beneficiosa para la salud como la gimnasia o los alimentos a la plancha. Y la respuesta es NO. La cultura no es beneficiosa para la salud. En absoluto. Que no.
Ya sé que os di alguna pista en mi última entrega. Ahora os lo voy a contar en dos partes para que no hagáis mucho esfuerzo porque es veranísimo y sudan hasta las neuronas.
La cuestión es que me levanto una mañana con la muñeca izquierda hecha polvo. Y apenas puedo mover el pulgar. Duele. Deduzco que he dormido en una mala postura y se me pasará en breve. Por la tarde y en vista de que el dolor no se pasa ni en breve ni en largo tiempo, ayudo con un anti inflamatorio. Esto me deja dormir como un tronco pero al día siguiente sigue doliendo.
Me pregunta la médica si he hecho esfuerzos o levantado pesos. Contesto que no, dado que soy diestra y los trabajos duros los dejo para la mano derecha. Entonces ella afina:
_¿Sueles leer tumbada?
Que sí, claro, que leo en la cama todo lo que puedo. Mi querido tío Juan decía que en nuestra familia empleábamos los libros como píldoras para dormir.
_Y sujetas el libro con la mano izquierda ¿verdad?, pregunta la médica sabia.
Tiene razón y el último libro no era precisamente de bolsillo sino de mochila, por lo menos. Incluso de maleta tamaño cabina. Con el peso inherente a sus dimensiones.
Y ahí estamos. Tendosinovitis de Quervain. Quervain es el médico que le puso nombre a este dolor y sus causas. El nombre suyo precisamente.
Reposo de la mano izquierda. Inmovilización del pulgar para que se relaje. Nada de torsión de muñeca, pesos ni esfuerzos. Si hay que sujetar el vaso del daiquiri veraniego, que sea con la diestra. Y si es de cerveza con mayor razón porque pesa más.
La cultura es regular para la salud. Y ya sé que existen los libros electrónicos.