Mi cubano rumbero ha resultado ser colombiano, qué cosas. Estaba yo a remojo cuando me preguntó:
_¿Cuál es tu nombre?
_Me llamo Alicia _contesté para no faltar a la verdad.
_Ah, Alicia hermosa, Alicia dorada…_canturreó él
_Es un vallenato _aclaró además
Se lo cuento a una amiga que pregunta horrorizada:
_¿Te llamó gorda así?
Pues no. El vallenato es un baile de aquellas tierras y lo que mi amiga piensa es en ballenas. Y en focas, supongo. A lo mejor en vacas también. Es decir, en animalillos fácilmente distinguibles por sus curvas y amplias dimensiones. Qué tienen que ver conmigo estos bichos precisa contestación de encuesta: no sabe, no contesta. Desde luego mi colombiano bailón es amable y bienintencionado y no creo yo que tuviera, justamente, mala intención.
En fin, que a mí la autoestima no me la bajan en el agua. En tierra firme ya es otra cosa porque, la verdad, es que últimamente estoy redondita como una albóndiga.
Total que me mandó mi colombiano flotador que hiciera varios largos (o cortos, la piscina de aprendizaje es pequeña) moviendo los pies en tijera y controlando la respiración. Ahí está lo difícil y lo que yo he venido a aprender. Porque mi respiración tira a despendolada y falta de armonía con piernas y brazos. Mi colombiano flotante dice que ése es mi problema y solo se arregla entrenando. Y yo…entreno. Hasta la exageración (que en mi caso alcanza la media hora y no más)
En consecuencia llevo ya un par de días con el trocánter o el músculo piramidal o el psoas o lo que sea, hecho una porquería. Preciso masaje propio con crema anti «duele que te matas», fisioterapeuta para arreglar el chandrío y reposo abundante. Y, de momento, nada de nadar. La semana que viene, veremos.
Ay Ali!! Creo qué tú, como mi padre y yo, somos de secano, o sea, de tierra adentro!! Jajaja
Ya y muy de acuerdo. Pero
¿y mi chorrito de sangre tropical, playas desiertas y cocoteros y un mar en cada esquina? Esa parte de mi personalidad es la que estoy esperando que se me despierte de una vez.