MIS MEMORIAS

Quedo con mi prima la Bruja de la Lejana China que me encuentra algo tensa.  Le doy la razón porque la tiene.

Por otra parte me cuenta que ella está teniendo unos fallos de memoria llamativos. Disiento medianamente. Si los suyos son llamativos los míos son trepidantes y con sexyround o sursumcorda o similar. Como se diga.

La conversación se enlentece un poco porque ambas queremos contar ejemplos de nuestras desmemorias pero a las dos se nos han olvidado la mayoría y así no hay manera.

Acordamos que la semana que viene, aprox. (porque llevamos vidas trabajadas y ocupadas),  ella se ocupará de mí con su sabiduría de la Lejana China, a ver si me mejora el cerebro o, al menos, el bazo. Mejorarme la vida no puede ni ella sola ni en akelarre con sus amigas. Por mi parte, yo le daré apoyo moral y femenino, tan sumamente necesario en cualquier momento de la vida y a veces tan escaso.

Esa noche, cuando voy a poner la alarma en el móvil, no lo encuentro por ninguna parte. Vacío el bolso-despacho, los bolsillos del pantalón y el único que lleva la chaqueta azul. Nada. Deduzco que lo he olvidado en el restaurante.

Al día siguiente voy al restaurante en cuestión.

_Buenos días, oiga, mire, que ayer me dejé aquí un móvil y …

_Ay señora _me interrumpe el camarero_, si sólo hubiera sido el móvil… También se dejó unas gafas y un abanico.

_No hombre, tantas cosas…eso será de otra mesa…

El camarero ni me discute, se acerca a la caja y vuelve con mi móvil, mis gafas de cerca y el abanico pequeñito y  blanco que me regalaron en la última boda.

No sé yo si podré esperar a la semana que viene para que me diagnostique y cure (ligeramente) mi prima la Bruja de la Lejana China. Pa mí, que esto mío es de Urgencias.

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