Me paso los días con el matabichos en la mano y las noches de safari, o sea, caza mayor. Arañas por ejemplo que. por su tamaño, son primas hermanas de Spiderman.
Durante la mañana y la tarde, la cosa no va mal. Hay unas hormiguitas diminutas que hasta me da pena cargármelas pero me domino y fru fruuuu a base de spray organizo algún que otro genocidio. Los únicos efectos colaterales (creo) son un fuerte aroma a insecticida que combina fatal con el del estofado o el salmorejo y me produce una irritación nasal que soluciono estornudando a lo bestia. Pero a lo bestia ¿eh?
Las noches son otra cosa. La noche oscura incita a mosquitos diversos a colarse por la ventana y despierta a las arañas en sus dormitorios. Las arañas, así espabiladas, se ponen de muy malhumor y salen a vengarse. Y los mosquitos vienen ya mosqueados de serie. Yo le doy al fru fruuuu pero la consiguiente estornudera me agota y caigo rendida. Y una vez dormida, llegan las spidermanitas y me pican a mogollón.
Ayer mismo tenía tal cantidad de picaduras en la cintura que pensé en un herpes y consulté con la médica.
No, nooo, esto son muchas picaduras supongo que de bichitos diversos _dijo la médica y continuó, ¿pero tú donde vives? ¿en la jungla?
Y no supe que contestar.