Archive for abril, 2023

AY ANITA (DE VERDAD)

sábado, abril 8th, 2023

Ahora sí, ahora de verdad voy a comentar lo de Ana G. Obregón. Dentro de un orden solo porque creo que ya está casi todo dicho.

Hay personas a favor, en contra y medio pensionistas. Personalmente entiendo que cada individuo e incluso cada individua lleva el luto y el disgusto como puede. A la señora Garcia que fue señora de Lecquio se le ha muerto su hijo que era un chaval y además de enfermedad fea y terrible. Aunque no sé si hay enfermedad bonita cuando se lleva por delante a un chico de 27 años.

Que estaba hecha polvo nos lo ha contado ella misma en las revistas, la tele y a pie de avión en aeropuertos varios. Respecto a los remedios creo que lo primero y mas útil sería que cambiara de psicoterapeuta a ver si alguien nuevo la ayuda a ponerse en forma. Sin necesidad de más espectáculo y los que vendrán.

Lo del show me parece mal por la pequeñina. Que no tiene culpa alguna a no ser que volvamos a la teoría del pecado original, tan apropiada en estas fechas de Semana Santa..

Y dicho esto, me pregunto y no acabo de responderme, por qué´ no nos damos cuenta que gran parte de lo que se comenta y la razón de que se comente es de un machismo sobresaliente. Rima y pareado.

¿Qué ella ya no está en edad de merecer? Vale.¿Que la gestación subrogada es una forma de explotación de la mujer? Vale también. jSu amigo y compañero de clase en el Liceo Francés, Miguel Bosé tuvo los suyos a los 55, que tampoco es edad de mocear. Y nadie dijo nada. De sus tonterías antivacunas sí, del método de gestacion y la edad no. Andrés Segovia tuvo su ultimo hijo (ya tenía varios) a los 77 años, lo presentó orgulloso a la Prensa y lo dejó huerfanito a los 17 años. Julio Iglesias que va acumplir 80 años tiene un hijo de doce y su papá Papuchi no sé exactamente que edad tenía cuando le dió el último hermanito a Julio pero calculo, así a ojo, que alrededor de unos mil. De dineros no hablamos.

No me gusta lo que ha hecho Anita pero menos todavía que a ella se la quieran comer viva y a estos señores y otros muchos más padres en tercera, cuarta o quinta edad, les rían la gracia.

AY ANITA

miércoles, abril 5th, 2023

La primavera esta llena de peligros. Y la primavera empieza prontísimo. Está el campo que parece un mantel de cuadros amarillo. Los muros y vallas se llenan de flores blancas o azules, nacen las camelias a la sombra y estallan de rojo los geranios al sol. Todo bonito/precioso, alergias aparte.

Pero como nada es perfecto, brotan en carreteras y caminos los ciclistas. Ya sé que también nacen ciclistas bajo el asfalto ciudadano. Pero estos me asustan menos. Los ciclistas de carretera son lo más en cuanto a peligros. Y más aún cuando van en grupo, pegaditos unos a otros como una piña o una fuente de torrijas . Todos uniformados talmente para el Tour de Francia con sus cascos de colorines, las camisetas de marca deportiva de lujo y la pantaleta luciendo la pantorrilla como la que iba de Santurce a Bilbao.

Los odio. Y en realidad los motivos de mi odio no son del todo culpa suya. Es cierto que por mucha musculatura que entrenen previamente en el gimnasio, los ciclistas van lentos como el consabido caballo del malo. Y cuando digo lentos es que no pasan, trabajosamente, de los 30 km por hora. Una velocidad de crucero dificil de mantener en coche. Incluso en mi pobrecito utilitario que no es precisamente un meteoro por su rapidez.

Así que debo encomendarme a todos los santos que se me ocurren en el momento para que

1) no se me cale el coche

2) no me lleve por delante a algun brioso ciclista, la gloria de Medina, la flor de Olmedo (es un suponer)

y 3) no me tengan en cuenta los entes celestiales el florido vocabulario que se me sube a la boca sin remedio

Y, con todo, se debe mi odio a otras circunstancias. Que al parecer (no estoy segura) dependen del código de circulación. O mejor dicho, de las recomendaciones que nos hacen desde Tráfico para adelantar a los cicilistas. So pena de multa, pérdida de puntos y/o despanzurre. Y que consisten mayormente en adelantar al mecionado deportista sobre ruedas (2) dejando metro y medio de distancia lateral aunque para ello se pise y rebase la línea continua y se invada el carril contrario. Es decir saltandose a la torera el código de circulación y con frecuencia dandonos a los conductores de vehículos también con ruedas (4) un susto infartante. Porque una, es decir, yo, va por su carril más mona y prudente que ninguna y de pronto se encuentra a dos o tres coches de frente por medio y mitad del mencionado carril. Susto, el primero. Porque lo que estos coches además indican es que, pasando la curva, aparecerá un pelotón de ciclistas primaverales preferible pero no necesariamente al otro lado del camino. Otro susto.

De verdad, los odio. Y además no he podido comentar aun lo de Ana Obregón y debo ser la única