Archive for enero, 2024

RECTIFICACIÓN

jueves, enero 25th, 2024

Rectificar es de sabios. O de Pedro Sánchez. Pero no quiero entrar en política (y depresión subsiguiente). Así que voy a la sabiduría: me he vuelto más sabia que ninguna.

Resulta que de toda la vida (la vida mía desde que tengo carnet de conducir) he preferido los coches pequeños. Empecé con un seiscientos y a lo largo de los años he intentado siempre conducir coches canijos o, todo lo más, medianos.

En el taller donde reparan mi pobrecito utilitario del golpe pataplán con que lo embistieron, me ofrecen como coche de sustitución un _dice mi vecino_ «cochazo». Sin alternativa. Lo peleo:

_Oiga, que yo un coche tan grande y alto y tal, no lo voy a saber conducir

_Que sí mujer, en dos minutos le coge usted el tranquillo. Además es facilísimo del todo porque es automático

_Ah no, automático para nada, no he conducido un automático en mi vida, eso sí que no

El del taller me mira. Yo le miro. El me mira otra vez. Y por supuesto me quedo con el semitanque este, híbrido, automático y no sé que más.

Y aquí viene mi rectificación: qué maravilla es conducir un cacharro de tamaño antifaltón (con un coche así no te faltan al respeto ni te pitan aunque no tengas la culpa ni…). Y más maravilla todavía lo del automatismo. El coche va solo y yo me limito a mirar el paisaje y, de vez en cuando, frenar. Cómo he podido pasar tantos años, ignorante de mí, dándole a las marchas, jugando al ahora embrague, ahora freno, ahora viene una curva gorda… Sí que es un poco alto para mí pero aunque me canse subir no sabéis lo descansada que me bajo. Siempre he criticado el tamaño de estos coches enormes que se te echan encima sin ningun respeto y ocupan varios sitios a la hora de aparcar, los que llamo «coches de finca» porque están diseñados para recorrer una finca con verdes praderas y bosquecillo de fondo y no para el semáforo y el atasco. Bueno, pues me arrepiento. Aunque el coche de sustitución es solo mediano, o sea, como lo diría yo, un «coche de parcela». Me arrepiento más que muy arrepentida y con dolor de contrición. Lo peor es que ahora que he descubierto un nuevo mundo del motor no me llegan las economías para acceder a él. La vida es cruel a veces.

ESTE AÑO 2024

domingo, enero 7th, 2024

Como estamos en un país libre (dicen), cada uno empieza el año como quiere. A veces, sólo como puede.

Yo he empezado 2024 con paz y alegría pero ya al día siguiente se me torció un poco la cosa. Iba yo tan contenta por mi autopista favorita y me paré en la cuesta que sube a mi segunda carretera favorita, la que me lleva a mi hogar, dulce hogar, debido al gran número de vehículos también parados. Justo al pie del cartel de tráfico que anuncia Fin Del Tramo de Concentración de Accidentes y debajo del que unos días sí y otros no, pide que reduzcamos la velocidad por Riesgo de Colisión por Alcance.

Y esto es lo que pasa: que la gente en gran número no sabe leer. Y el cartel de Reducir la Velocidad etc que lo pide con muchas luces que se apagan y se encienden y otra vez etc, no estaba encendido. Y así un conductor analfabeto (supongo) cogió velocidad y se empotró en el coche de detrás de mi pobrecito utilitario. Y éste en mi pobrecito utilitario conmigo dentro que un susto… Los demás coches detenidos que ya habían empezado a moverse se largaron con viento fresco. Y allí quedamos el presunto asesino en serie, el señor del coche de atrás y yo misma. A un ladito en el arcén y con un viento huracanado y continuo que para eso es enero.

Tengo el cuello al bies y una cadera mirando para Portugal, país vecino y amigo. Estoy de médico y fisioterapia y sobre todo al borde de un ataque de nervios por enfado. Pero también soy más sabia. Como paso cada día por ese lugar y casi siempre veo cuatro o cinco coches en el arcén intercambiando los «papeles del seguro», me preguntaba yo cómo a estas alturas del siglo XXI seguía la gente dándose golpes en cadena, De verdad que me intrigaba, Bueno, pues ya no. Sólo hay que ir a mucha más velocidad de la debida y observando las alegres evoluciones de los pajaritos del campo en lugar de concentrarse en lo que se tiene por delante.

Y si esto pasa a mediodía (porque era a la hora del aperitivo) no quiero pensar el ambientazo que habrá durante las copas nocturnas. Cuando se me pase el mal humor a lo mejor me acerco una noche.