Archive for the ‘Uncategorized’ Category

CIUDADANOS DE SEGUNDA

viernes, octubre 10th, 2025

Lo primero para ser ciudadano de segunda es, evidentemente, ser ciudadana. Y no lo digo por el escándalo de las mamografías andaluzas. Eso, además. Por cierto, he oído en la radio a no sé cuál política asegurando que no consta ningún fallecimiento causado por los retrasos en la comunicación del diagnóstico. Mujer, pues sólo faltaba. Y ojalá no se haya producido, la cuestión ya es suficientemente grave y terrible y espantosa y… sin difuntas por el medio.

Ya he contado alguna vez que en mi segundo embarazo, en esta numerosísima familia mia (tribu más bien) cuatro primas estábamos encintas a la vez. Todas querían tener un varón menos yo que prefería repetir y que fuera niña. Luego nacieron Ana, Marta, Nuria y… mi hijo Juan.

Mi prima Inés me decía que un chico lo tendría mucho más fácil en la vida. Yo, ingenua total, pensaba que 25 o 30 años después de su nacimiento sociedad y mentalidad habrían evolucionado convenientemente hacia un status más o menos igualitario. Ay qué razón tenía Inés.

Se nota sobre todo en las pequeñas cosas. Porque las grandes, la brecha salarial, el reparto de tareas etc suenan fuerte pero cada día podemos fijarnos en algo medio silencioso, de hablar bajito, cualquier tontería que nos recuerde que somos ciudadanas de segunda.

Ejemplín: los llamados eufemísticamente servicios o baños en lugares públicos. Los hay para mujeres, hombres y sillas de ruedas y así los señalizan en los dibujos, carteles etc de la puerta. Con la salvedad de que los adaptados (denominación más amplia y veraz que las dichosas sillas) están siempre adosados al de señoras. No entiendo si es que hay más mujeres que hombres con problemas de movilidad. Ni por qué los caballeros con esa discapacidad tienen que ir al de señoras aunque no se hagan preguntas sobre su género. ¿Tal vez porque tampoco son ciudadanos de primera?

También los «cambiadores» para, efectivamente, cambiar los pañales al bebé están mayoritariamente (alguno he visto en el otro lado) en el aseo de mujeres. Quizá porque, como todo el mundo sabe las cacas y pises de un menor corresponden exclusivamente a su madre.

En fin, pequeños incordios que nos recuerdan que somos todavía ciudadanas de segunda. Con ministras y militares, sí, pero… Qué deprimente. Menos mal que no le han dado a Trump el Nobel de la Paz, cada día trae su alegría.

HARTITA

lunes, septiembre 29th, 2025

Siempre me gustó la política. De jovencísima discutía frecuentemente con mi padre cuya opción política no coincidía con la mía. ¿Suena a charla tranquila con discrepancia de pareceres? Pues no, más bien se trataba de un intercambio de opiniones opuestas a grito pelado aunque educadísimo, todo como muy ibérico.

Con la madurez que dan los kilos y años de más, me calmé muchísimo y ya podía empujar la silla de ruedas de mi madre (con mi madre sentada en ella) calle arriba y abajo hasta depositar su voto tan contrario a mis ideas como el de mi padre. Y, entre bufido y resoplido por las cuestas charlar sobre política y diferentes opciones alegre y risueña.

Bueno, pues ahora no. Ahora me tienen hartita nuestros políticos. Hasta la coronilla me tienen. Ellos, ellas y la política en general. Y con la leve pero insistente duda de que a estos señores, señoras y viceversa les importamos un comino. En general se pierden en discusiones abstrusas que a nadie interesan más que a ellos mismos y en las que se barajan insultos de alta gama o baja estofa según el día.

¿A quién le importa si lo de Gaza es genocidio o masacre? A los gazatíes no, seguro. Seria como preguntarle a un pollo si quiere que le retuerzan el pescuezo o le corten el cuello. Sospecho que le daría igual.

¿A quién le importa si el novio de Díez (Ayuso) o la señora Begoña Gómez son respectivamente ciudadano particular y ciudadana particular o una panda de enchufados ? Lo que queremos no es incluirlos en una categoría sino que no nos roben nuestro dinero ni la fe y esperanza en las instituciones.

Ahora sean inundaciones o incendios, la culpa siempre es del adversario político. Pero la gente de a pie no buscamos culpables. O sí, da lo mismo. Lo que queremos es que los trenes funcionen (Cercanías incluidos), las emergencias funcionen, lo cotidiano (los precios de la compra o la gasolina, por ejemplo) funcione, la Sanidad y la Justicia con mayúsculas funcionen y lo que llamamos un largo etcétera funcione.

Y hasta entonces, ya lo he dicho, me tienen hartita.

Papá ven en TREN

miércoles, septiembre 10th, 2025

Cuando era pequeña había un anuncio que rezaba : «Papá ven en tren». Utilizo el verbo «rezar» con plena consciencia. Esto fue aproximadamente en el Pleistoceno superior o un poquito después. Y entonces los trenes daban seguridad y confianza. Más o menos.

Ahora el tren, en cualquiera de sus compañías y acepciones, es sinónimo de emoción, riesgo, aventura… Como si estuviera pensado por el guionista de una peli de Indiana Jones.

Hace un par de semanas fui y volví a y desde Santander en tren. Iba a casa de unos amigos esperando a base de humedad volver a respirar. Porque Madrid con el calor asfixiante era como el Purgatorio en plena limpieza de primavera: todo desordenado y caliente.

Me dijeron mis anfitriones que lo mejor era dejar mi coche en el aparcamiento de la estación de Aravaca y allí coger el Cercanías hasta la de Chamartín que, por cierto, continúa en obras (desde siempre).

Hago los deberes y voy tan contenta en mi Cercanías cuando anuncian que este tren no llegará a Chamartín nunca jamás debido a los trabajos de mejora en no sé dónde. Pero que si me empeño en ir allí puedo coger los trenes que utilicen los túneles de Recoletos. ¿Qué trenes? ¿Qué túneles? ¿Lo que me dice, oiga? Me pregunto. Me tiro del tren en la siguiente parada y pregunto también al personal de Seguridad (de información no hay nadie a la vista). Que no tienen ni idea debido a que están ahí para evitar que nos ultrajen o roben o asesinen y no para aprenderse los intrincados recorridos del tren. Que además son cambiantes sin previo avisto, me advierten.

Salgo de Príncipe Pío (que da nombre a la estación y nadie sabe quién fue) arrastrando mi maleta pequeña y con ruedines, subiendo y bajando escaleras varias, unas mecánicas y otras no (en la variedad está el gusto) con la esperanza de lograr salir a la superficie, encontrar una parada de taxis y pillar uno. Para cuando lo consigo es la maleta la que me arrastra a mí, la verdad.

Y así, sin mayor dificultad y siempre con maleta adjunta me encuentro en el laberinto de Chamartín dando vueltas y revueltas hasta pillar el tren que me llevará a Santander, la novia del mar.

Santander es ciudad guapa y acogedora. Mis amigos también. Y el clima justo lo que necesitaba. Así que soy muy feliz y vuelvo a Madrid renovada y contenta. Y en tren.

Alegre y sometida a la imaginación de RENFE que, por ejemplo, a la media hora de dejar Santander en dirección a Madrid ¿visualizáis el mapa? nos anuncia que estamos a punto de llegar a Valencia. Los pasajeros se alteran y soliviantan, todos pensando que se han subido en el tren equivocado. Menos yo, convencida de que son cosas de RENFE para entretenernos. Y llevo razón porque luego nos cuentan que la próxima parada es Castellón de la Plana. Pues vale. Lecciones de geografía inversa.

Ya en Madrid me siento a salvo: sólo me queda coger de nuevo el Cercanías hasta Aravaca. Mi maleta y yo, seguimos las explicaciones de un señorín de Seguridad que nos cuenta que, en Chamartín, a los trenes de Cercanías se llega siguiendo las indicaciones de los carteles de Larga Distancia. O sea, lo lógico.

El ultimo no es cartel sino pantalla anunciando que en un minuto, sólo uno, el Cercanías partirá (con rumbo desconocido, claro). Corremos mi maleta y yo desaladas por el pasillo hasta subir al tren. Y ahí nos quedamos porque el tren no parte. Para nada. Anuncian entonces que debido a razones, de momento ignotas, los trenes que estén en estaciones no saldrán. ¿Nunca? Bueno… cada uno que piense lo que quiera. Una pista: esa noche dormí en casa. Que suerte.

CAMBIO CLIMÁTICO

domingo, agosto 17th, 2025

Me preguntan por qué no escribo. Siglos llevo sin sentarme y darme a la tecla. Muchísimo tiempo. Me consta que el presidente de mi Club de Fans ha tenido que marcharse a nuestros mares del sur a fin no sólo de veranear, loable ocupación, sino de sobrellevar con entereza mi ausencia. La verdad es que, desaparecida como estoy y en modo publicación cero, su tarea al frente de mis seguidores ha quedado vacía de contenido.

Pero el motivo de esta escasez mía de apariciones está clarísimo. En dos palabras: Cambio Climático. O al estilo Jesulín también en dos palabras: El Dichoso Cambio Climático De Las Narices.

Primero VINIERON LAS LLUVIAS que han durado meses. De verdad. Se nos ha olvidado con el calorazo posterior pero ahí están sus consecuencias. En mi minipatio-jardín el suelo se cubrió de verdísimas plantas. Frondosas e incluso floridas. Algo extraño teniendo en cuenta que el mencionado suelo está cubierto por una hermosa manta de césped artificial. Artificial y empapada. La lluvia trajo las semillas y _supongo_ cavó los agujeritos donde dejarlas y continuó mimándolas y regándolas hasta la alegre eclosión primaveral. Y veraniega. Y lo que te rondaré morena.

O sea, una (yo misma) pone césped artificial para no tener que regar, escardar, recortar y etcétera. Y pasa luego medio día arrancando malas hierbas y trasladando flores espontáneas a un jarrón.

Esta es la primera razón de mi pereza escritora. La segunda, que se debe a idéntica sección del Cambio Climático, es el aumento en número y tamaño de la fauna, local o no, en el mencionado minipatio-jardín. Que os cuento más tarde.

SIN TITULO

miércoles, enero 22nd, 2025

Porque no sé qué poner. O, mejor dicho, porque tengo demasiadas cosas que contar o sobre las que opinar después de no sé cuantos días sin internet debido a que mi ordenador hace lo que le da la gana. Titular estas reflexiones como «miscelánea» o «popurrí» me suena laboral y también algo cursi. Así que… me lanzo sin título.

Lo primero es comunicar un comentario sobre mi aventura de bolso y policías que me ha llamado fuertemente la atención. Y me ha levantado la moral. Me dice una sobrina que la comisaría de Pozuelo es famosa (en el mundo entero) por la guapura y buen porte de sus policías. Parece ser que uno de ellos es un «famoso» llegado de diversos programas de la tele. Como Mujeres y Hombres y Viceversa, GH Dúo o no sé qué de las Tentaciones. Programas todos que me prohíbe mi religión o mi buen gusto, por decirlo de alguna manera. En cualquier caso, me alegra pensar que no estaba equivocada ni me he convertido recientemente en venerable vjeja verde. Sigo siendo simplemente una madurita interesante. Con buena vista.

La tele sirve para asuntos varios. Así que la enchufé y me pegué un maratón Trump que me dejó las cervicales y cuatro o cinco vértebras más al bies. Y la mente confusa. Y patidifusa sobre todo. Intento comprender por qué tropecientos millones de personas votan a un señor que hace teatro cada vez que pronuncia un discurso. Que cuenta mentiras gordas y obvias y amenaza, amenaza muchísimo. En el plano personal además Trump me da escalofríos: no me gustan nada esos personajes que cambian de mujer de vez en cuando pero se especializan en formato modelo. O prostituta guapetona. Y por eso, me extraña un montón que haya mujeres que le votan. No he llegado a ninguna conclusión. Espero a ver sus deportaciones rápidas y cómo influye en la sociedad made in USA el quedarse sin mano de obra. Hecha un lío, ya digo, en el tema Trump.

Y luego está el Cuento de Iñigo, la Actriz y el Juez. Más que cuento, un culebrón. En la tele también. No sé qué pasó entre Iñigo Errejón y la Actriz. Y no me parece lo más relevante en este Cuento. Lo fundamental es que salga un juez que interroga a Mouliáa a gritos y con un vocabulario de los de «esa bocaaaaa» que diría la abuela. Después de verlo y oirlo, yo desde luego no denunciaría. No todas podemos ser como Mme. Pélicot. En este país tenemos leyes (recientes) del Solo Sí es Sí pero mientras no eduquemos a las personas desde la familia y la guardería no valen de nada. Este Cuento me enfada tanto que prefiero no decir más.

ME HAN ROBADO EL BOLSO (II)

domingo, diciembre 22nd, 2024

No acaba una (ni uno) de conocerse. Yo sabía, por ejemplo, que mi pobrecito utilitario es un coche-armario: en el maletero llevo libros, paraguas, regalos, algo de ropa por si cambia el tiempo, la silla+sombrilla del verano por si, insisto, cambia el tiempo (pero más) y varias bolsas de Mercadona, unas veces vacías y otras llenas…

Pero lo que no se me había ocurrido es que mi bolso fuera como el de Mary Poppins aunque en pequeño.

Cuando el guapísimo policía que me tomó la denuncia empezó a preguntar resultó que me había quedado sin DNI, carné de conducir, tarjeta sanitaria de la Seguridad Social, tarjeta sanitaria privada, tarjetas de crédito y débito, tarjeta de Transporte Público Tercera Edad porque ya no soy una niña, cepillo del pelo y una pinza imitación carey para lo mismo, barras de labios (2), lápiz azul de ojos, lápiz de máscara Giorgio Armani (todo esto tiene mucho mérito ya que sólo me pinto uno o dos días al mes), 2 piruletas sin azúcar que me habían regalado en la farmacia, un blíster de Nolotil de la misma farmacia, diversos paquetes de pañuelos de papel sin abrir y 2 abiertos, algunas participaciones de lotería, un decimo enterito, dinero (poco) en billetes y monedas y, sobre todo, un TELÉFONO MÓVIL, el mío concretamente.

Resulta que sin mi móvil no soy nada. Ni nadie, si a ello vamos. No puedo pedir cita con la peluqueria y otras frivolidades, renovar prestamos en la Biblioteca o llamar al fontanero. Ni felicitar la Navidad o contarle a una amiga que acaba de ser abuela que tengo un regalito muy especial para su primera nieta. Tampoco hablar con mi hijo, mis sobrinos o aquellos amigos. Con mi hija me comunico por correo electrónico y así me voy apañando para saber que sigo viva.

Por cierto, aprovecho: aliciacentenera1@yahoo.es y también aliciacentenera14@gmail.com por si alguien quiere charlar un ratito o comentarme qué ha pedido a los Reyes Magos y cuantos gramos, caminito del kilo, han engordado ya en vísperas de las fiestas. Todas esas importantísimas noticias que mantienen en forma la amistad.

ME HAN ROBADO EL BOLSO

viernes, diciembre 20th, 2024

Y eso es decir muchas cosas a la vez. Unas buenas, otras más que muy regulines y la mayoría una pesadez. Esto va a dar para varias entradas y por eso prefiero empezar por lo más curioso. Y llamativo. Lo que yo denominaría

BUENA PRESENCIA

Voy a presentar la denuncia y suplicar para que me hagan un duplicado del DNI antes del año que viene. Ya en la puerta me llama la atención el policía que me dirige a los distintos departamentos. Es un hombre muy amable y comprensivo pero además… francamente guapo. Me divierte pensar que lo tienen precisamente en la puerta para causar buena impresión.

Pero luego está el que te hace pasar el bolso (¡otro¡) por el escaner. Y es un señor que está estupendo. De verdad. Espero en la propiamente sala de espera a que me reciba el encargado de denuncias varias. Espero poquísimo y …el policía que dice mi nombre y me da paso es un guapetón alto y delgado como su madre, moreno saladó… Me dan ganas de cantar.

Analizo friamente (bueno, templadamente) mis impresiones. Me pregunto si el estrés o la falta de gafas de cerca (que se fueron también con el bolso) me estarán deformando la visión. Porque no es corriente, creo yo, que una comisaría parezca un muestrario de guapos. Todos del formato morenazo con ojos claros y cuerpo poderoso de los de «tengo que agacharme para hablar con usted señora». Y llego a la conclusión de que veo fenomenal (nunca mejor dicho) y que estos policías corresponden a lo que antes se llamaba personas con «buena presencia». La buena presencia la exigían para muchos empleos e implicaba ser bastante mono y además ir limpito y bien planchado. Mis, desde ahora, polis favoritos, cumplen esas características y el uniforme les sienta como un guante. Doy gracias al Señor del Universo por proporcionarme esta especie de cuidados paliativos para la vista en un día más bien aciago. Y no me atrevo a preguntar si tienen calendario del 2025 o, por lo menos, uno compartido con los bomberos.

Jaguares solitarios

domingo, diciembre 1st, 2024

El algoritmo este, tan de moda, me da un miedo que me muero. Primero, porque siendo tan de letras como soy nunca he llegado a comprender del todo en qué consiste. Luego porque, me dicen, manda mucho. Muchísimo. Y a mí los mandones me dan un poco de repelús.

Y por último porque al algoritmo que se ocupa de mi móvil lo veo despistadísimo. Unas doce veces al día me envía unos anuncios que no creo me correspondan. En ellos promocionan diversos ungüentos para exterior y alguna pócima mágica llegada directamente del caldero de las brujas de Macbeth, para interior supongo. Muchos se anuncian además con hermosos dibujos a todo color e incluso mini films animados que muestran claramente el proceso de mejora.

Todos estos medicamentos o lo que sean tienen una finalidad importantísima y creo que también un gran futuro. Puesto que apuntan a uno de los problemas médico-estéticos que más inquietan a la humanidad. Lo que no entiendo es qué tienen que ver conmigo por mucho que me aseguren que mi pene volverá a ponerse tan erecto como cuando tenia 20 años, que mi novia estará encantada y que podré mantener erecciones, perdón, relaciones, con chicas de 20 años (esta cifra parece obsesionar a mi algoritmo particular).

El problema o tremendo patinazo del algoritmo es que yo no tengo disfunción eréctil ninguna. Ni siquiera tengo pene. Ni envidia de pene como le gustaba suponer a don Segismundo Freud. Y los tropecientos anuncios sobre este tema me crean desconfianza hacia las capacidades intelectivas del algoritmo.

Menos mal que estos últimos días entre pene y pene me lanzan una pregunta curiosa: «¿Son realmente solitarios los jaguares?». Y esto me devuelve si no la fe en el intelecto de mi algoritmo, sí en su creatividad.

La Luna

domingo, septiembre 29th, 2024

La Luna de la cosecha. La Luna roja. La Luna de sangre. La Luna india. En septiembre, a la luna se le colocan adjetivos varios y extraños nombres. Es porque en este mes se vuelve más grande y se tiñe a veces de colores que no son su blanca palidez.

Están además la Luna lunera cascabelera. La Luna sí, la Luna no, ay la Luna de Benidorm. La Luna que en el mar riela (rïela, nos enseñaban en clase de literatura para romper el diptongo). La Luna que más pura brilla en esta orilla. La Luna llena que llama al Hombre Lobo. Y la Luna nueva que se esconde para que no la veamos. La del Claro de Luna de Debussy sobre poema de Verlaine. Y la de Blue Moon que está triste y azul como el gato aquel. Muchas y diversas lunas con las que podemos medir el tiempo.

Y luego está la luna de Elon Musk que pierde su mayúscula frente al dólar. El señor Musk está empeñado en reescribir las leyes de la naturaleza a su manera y modo. Colecciona hijos probeta y naves espaciales. Y quiere darse un paseo por la luna lo antes posible.

Ya sabemos que la ONU no sirve de nada. O sirve de muy poco, poquísimo. Para el caso que le hacen, los cascos azules podían ser verde oliva, el color de moda este otoño.

Pero… ¿y la UNESCO? ¿No es esta gente la encargada de buscar, encontrar y calificar sitios Patrimonio de la Humanidad? ¿y de controlar que estén bien cuidados? Pienso que la Luna cumple los requisitos de la UNESCO para encabezar la lista de Patrimonio Natural y no sé si está en ella pero, me temo, que frente al poderoso caballero don Dinero lleva todas las de perder.

A mí el señor Musk, don Elon, me parece de una vulgaridad extrema. Y, por favor, a quien pueda interesar, que no le dejen tocar mi Luna, lunita.

LUGARES MÁGICOS

domingo, septiembre 8th, 2024

Están por todas partes pero entre prisas y trabajos nos olvidamos de ellos. Tendemos además a identificar los lugares mágicos con puesta de sol magnifica, prado verdísimo o árbol hueco. Y aunque en muchos de estos sitios se respire la magia y bailen las hadas hay otros, en su mayoría disfrazados de zona corriente y moliente, más cercanos. Sólo hay que saber identificarlos.

Mi lugar mágico favorito es _en un centro comercial_ el ascensor de mi cine también favorito. Empezando porque tiene un cartel impreso indicando el mundo al revés. «Ascensor en funcionamiento» advierte el día en que efectivamente está en servicio. Que no son todos y desde luego, nunca los días de lluvia. Porque como cantaría un menor, acompañado o no, «el ascensor de mi cine es particular, cuando llueve se moja como los demás». Y le sienta fatal. A veces intento imaginar cómo sería un paraguas para ascensores. Porque a éste desde luego, le hace falta. En fin.

Es tan original que muchos al ver su cartel piensan que no funciona y se van por las escaleras. Falta de lectura comprensiva. Y apego a la costumbre, si un ascensor tiene por fuera un cartel, lo suyo es que diga No Funciona. No saben que este ascensor es un lugar mágico. Y libre.

Tanto que la voz grabada de ordenador, tan aséptica, aquí tiene su duende y advierte siempre: «Ascensor subiendo», lo que a ratos resulta inquietante. Porque este centro comercial tiene planta baja y luego dos pisos más que son dos pisos menos. No sé si me explico. El cine está en la planta menos dos. Y a veces, el anuncio de «Ascensor subiendo» desde el bajo parece un recordatorio del «De Madrid al Cielo».

Con semejante acceso al cine cualquier película viene ya bañada de magia e ilusión. Qué suerte.