Esa soy yo. No acabo de levantarme del sillón y ya me acosa el e-mail ofreciéndome empleos varios. Esto me alegra, significa que todavía estoy en el mercado laboral. Y eso que el mercado laboral, dadas mis condiciones, está peor que el de hombres magníficos. Incluso peor que el mercado de hombres corrientes. O sea, una pena.
La alegria, sin embargo, me dura poco. Hay un montón de anuncios que no entiendo. No comprendo lo que me piden _aparte de mucha experiencia_ con un montón de siglas inexplicables. De modo que deduzco que esos no son el tipo de empleo adecuado para mi. Me anima que muchos están en inglés y esos, al menos, comprendo lo que quieren decir. Aunque, creedme, se explican mal.
Un poco cansada por la traducción interminable de siglas y teniendo en cuenta que las que más me gustan como CEO son escasas y en cambio muy frecuentes las que se refieren a misteriosos sistemas informáticos, le doy a la pestaña de «Empleos Adecuados para Ti.» Ti soy Yo, qué emoción.
Y ¿qué me recomiendan? Algo que encuentro novedoso y, por tanto, excitante: «Mozo/a carretillero». O carretillera, supongo.
No quiero ponerme negativa pero… ¿Para esto hemos hecho la guerra o la carrera o lo que fuera?
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MOZA
sábado, agosto 7th, 2021VACACIONES
martes, agosto 3rd, 2021Se me ha ido un mes y algunos días más de vacaciones. Aunque no me he marchado a ningun sitio. O tal vez por eso, por estar en casa pero en plan vacacional.
Consiste el invento en hacer lo que me apetece y hacerlo sin prisas, con tranquilidad, fuera obligaciones.
Esta Operación Vacación En Mi Sillón ha resultado magniífica. He gastado poco, me he divertido bastante y apenas he engordado (¡¡sorpresa¡¡)
Lo único que he reprimido fuertemente han sido las ganas de daros el parte en este blog y eso también ha constituido una liberación. En una semana me levanto del sillón y os cuento de todo.
BICHOS
lunes, junio 28th, 2021Me paso los días con el matabichos en la mano y las noches de safari, o sea, caza mayor. Arañas por ejemplo que. por su tamaño, son primas hermanas de Spiderman.
Durante la mañana y la tarde, la cosa no va mal. Hay unas hormiguitas diminutas que hasta me da pena cargármelas pero me domino y fru fruuuu a base de spray organizo algún que otro genocidio. Los únicos efectos colaterales (creo) son un fuerte aroma a insecticida que combina fatal con el del estofado o el salmorejo y me produce una irritación nasal que soluciono estornudando a lo bestia. Pero a lo bestia ¿eh?
Las noches son otra cosa. La noche oscura incita a mosquitos diversos a colarse por la ventana y despierta a las arañas en sus dormitorios. Las arañas, así espabiladas, se ponen de muy malhumor y salen a vengarse. Y los mosquitos vienen ya mosqueados de serie. Yo le doy al fru fruuuu pero la consiguiente estornudera me agota y caigo rendida. Y una vez dormida, llegan las spidermanitas y me pican a mogollón.
Ayer mismo tenía tal cantidad de picaduras en la cintura que pensé en un herpes y consulté con la médica.
No, nooo, esto son muchas picaduras supongo que de bichitos diversos _dijo la médica y continuó, ¿pero tú donde vives? ¿en la jungla?
Y no supe que contestar.
QUÉ ASQUEROSIDAD
lunes, junio 7th, 2021Es ccntinuo. No sólo cada mañana y gran parte de cada tarde lo vemos en la tele aunque sea en el bar del café y lo oímos en la radio del coche y… Un montón de señores importantes y no menos importantes señoras nos ponen al tanto de las últimas novedades de la pandemia, ahora sección vacunas.
De verdad,, muy pesadito todo. Como monotema. lo confieso, yo hubiera elegido cualquier otro. Bueno, cualquiera no, que llevamos un par de semanas con los señores pegones y matones fracamente exaltados. Y con tendencia a suicidarse después que es algo que me da muchísima rabia. ¿Quién dijo que el orden de los factores no altera el producto? Pues eso, que es mentira gorda.
Para salirme un poco del rollo pandemia (y del de «la maté porque era mía») descubro que no se cuándo era el día del Medio Ambiente y me van a contar en la tele cosas buenas y sobre todo, distintas. Si me cuentan malas, le bajaré la voz. Empiezan lo primerito por recordarnos lo de Reduci,r Reciclar, Reutilizar Y ya en la parte Reciclar nos dicen, como si no lo supiéramo,s lo que hay que echar en cada cubo. Y aquí viene lo peor de lo peor: que los pañuelos de papel con mocos no los echemos por favor donde los papeles sin mocos. Insisten en el tema varias veces y encima lo explican. Silencio la tele y me voy a leer. Que asquerosidad de primavera.
ESE COLOR
miércoles, mayo 19th, 2021Deeee colores, de colores se visten los campos en la primaveeeeraaa y etc. Seguro que todos hemos cantado esto aunque no fuera más que en el autobús del cole yendo de excursión.
Dicen también que «para gustos los colores». y aunque no le importe a nadie, quiero dejar constancia que ese nuevo color de los coches, tan de moda, me espanta. Y además estoy convencida de que lo ha inventado un caballero. Me refiero a ese especie de tono naranjoso y metalizado que lucen, por decirlo de alguna manera, muuuuuchos coches recientes.
Estoy convencida de que ninguna mujer puede diseñar un color tan de caquita de niño pequeño en regulín estado de salud. O de puré de verduras absolutamente excesivo en la proporciión de zanahorias. O, incluso, de salsa de guiso de rabo de toro que se ha quemado.
No sólo no nos han dejado salir de casa durante tanto tiempo sino que, mientras tanto, nos han cambiado el paisaje del tráfico y sus colores. Ugh.
DECAER
sábado, mayo 8th, 2021A veces me pongo un poco quisquillosa con la lengua castellana que tanto quiero y admiro, Es deformación profesional, seguro, pero ahí está.
Llevo varios días molesta con el Estado de Alarma que hoy mismo va a DECAER.
Y eso me parece extraño, lo de que decaiga, digo. No he consultado mis diccionarios y menos el de la RAE porque la Real Academia tiene unas tragaderas que lo pasan todo. Incluyendo y desde hace años «güisqui» que, en mi opinión, es una auténtica salvajada.
Pero aún sin bucear en los maestros del idioma, lo de un Estado de Alarma que decaiga, me sorprende. Que lo quiten, lo pongan, lo suspendan e incluso lo utilicen como arma política, no me extraña. Ahora que el mencionado Estado de Alarma se levante una mañana y _abrumado por los acontecimientos, supongo_ decaiga…
Decaídos, decaídas e incluso decaídes, estamos nosotros,as,es. Y hasta la coronilla también de tanto evento, electoral o no, del bicho y sus vacunas, de que todavía estén retirando maderas y ramas tronchadas de la dichosa Filomena, de que hoy 28 grados y mañana _anuncian_ 13 y lloviendo, de empezar la Operación Bikini sabiendo que lo nuestro será más bien Operación Bañador de Cuello Vuelto, del cohete chino que, de verdad, es lo que nos faltaba…
Pensándolo bien, hala, que decaiga el Estado de Alarma y que no nos pase nada. No vamos a discutir por un verbo con la que está cayendo. De momento, mi pueblo sigue confinado y yo he vuelto a clases de filosofía on line, que no es poco. O sea que mejorando.
LA DEMÓCRATA
martes, mayo 4th, 2021Esa soy yo, la demócrata. Y no sólo eso. En realidad soy la más demócrata de Madrid Comunidad. Por lo menos.
Porque mi jornada de hoy ya me lo veía venir pero aunque no me ha cogido de sorpresa ha sido una auténtica paliza. Por mi cuenta y riesgo fui a votar a primera hora de la mañana, bueno, sin exagerar, a las 10 de la mañana. La cola daba vuelta a la esquina, así que decidí no pararme, saludar a unos amigos que venían a pie, elegantísimos que era un orgullo saludarlos y continuar al siguiente colegio electoral, el de mi madre.
Pequeño paréntesis: los amigos guapos y elegantes debo decir que además están ligeramente sordos y completamente despistados. O sea, creo yo, que están mayores. Porque toqué el claxon o bocina alegremente y ellos, que venían de pie y de frente, ni inmutarse. Saqué entonces la cabeza por la ventanilla y les llamé por sus nombres de pila y DNI a grito pelado y agitando la mano izquierda. Y tampoco. En cambio la fila de coches en segunda y tercera fila se confabuló ligeramente contra mi. Huí a la residencia de mi madre.
Y pensé, no sé cómo, que el colegio que hacía de colegio electoral estaba cerquita de la mencionada residencia de la Tercera Edad. Y que era más sencillo un paseíto empujando la silla de ruedas materna con madre encima que plegarla ( la silla, no mi madre), meter el artilugio en el coche, meter también el andador para que mi anciana y venerable mamá pudiera dar unos pasitos en brazos del policía de la puerta mientras yo me comía el coche… En fin, que eché a andar empujando la silla con mi mami. Y sí, probablemente era más simple pero, creedme, matador también fue. El colegio de las narices estaba al final de una cuesta y las cuestas hay que bajarlas y subirlas, eso seguro. Y además empezó a hacer calor. Esos calores africanos que suceden en distintos pueblos de Madrid Comunidad cuando una pensaba que qué mañana tan fresquita, me llevo la chaqueta por si acaso.
Para seguir empujando y no morir en el intento planté bolso y chaqueta en brazos de mi madre que, lo reconozco, es de buen conformar. Aunque votemos distinto e incluso opuesto. Desde el 82 porque antes no se podía. _»Hija, qué paliza te estás metiendo, pobre» decía ella.
_ «Date por votada hasta el próximo milenio, madre o por lo menos hasta que cambies de opción política», decía yo a punto de hiperventilación.
Terminé con mi madre (o más bien terminó ella conmigo), me despedí y acudí de nuevo a votar. Tampoco hubo suerte esta vez. La cola había crecido. Días hay en que es complicado ser màs demócrata que ninguna. Entonces fui a llevar a votar a mi hijo. Que quería votar conmigo, qué divertido, y yo a mi hijo no le niego nada. Y por supuesto, también vota diferente a lo que voto yo.
Como Madrid Comunidad tiene tantos pueblos mi familia vota o lo intenta en Majadahonda, Pozuelo de Alarcón, Alcorcón y Alpedrete. Sólo conduce la de Alpedrete. Para cuando llegué a Alcorcón ya me había quitado la camiseta azul marino que llevaba bajo un bonito blusón en tonos azules y ciertamente transparente. Pero ya para entonces me daba igual. Recogí a mi hijo y nos fuimos de safari a la caza de «su» colegio electoral. Que estaba lejos y hecho un horno. La combinación de mi amor por la democracia, el imprescindible tercer viaje turístico-rural del día y el intenso calor hizo que mi bonita media melena a dos colores (ahora soy blanco y negro como el café) se me quedara pringosa y adherida a cráneo y cogote. Como si no me hubiera lavado el pelo desde la Primera Comunión. Lo solucioné con un moño rápido estilo la abuelita Paz de los tebeos.
En la cola, un amable joven me indicó «a la izquierda, señora, mayores de 65 por la puerta de la izquierda y sin esperar». Con lo cual decidí que el moño me hacía un poco mayor pero que fantástico. Votó mi vástago, se comió un trozo de tarta de queso hecha por mis manitas que le había llevado, me dió un beso de mascarilla y se marchó a jugar al pádel. No he llamado todavía para averiguar si se ha licuado.
Volví a mi cola de votar por tercera vez y… ¡¡¡voté!!!. Lo digo en serio, soy más demócrata que nadie. Y perdonad que me haya extendido al contároslo. Ahora que mañana, agujetas fijo.
SAMARKANDA
domingo, abril 11th, 2021He estado pochita unos días .Y no, no parece ser del virus. Resulta que además del dichoso bicho continuamos padeciendo trancazos, estómagos revueltos y otros males propios de la estación o, mejor dicho, del cambio de la estación.
Lo mío, creo, es que me puse pachucha debido a la felicidad. El Jueves Santo me marche a casa de una prima mía en Aranjuez. Sol estupendo a ratos y el Tajo sacado del libro de geografía de cuando éramos chiquitinas y puesto a rodear el huerto. La finca tiene además un cenador. Algo sumamente insólito en estas tierras de garbanzos. Precioso. Y de las labores hortofrutícolas se encargaba mi prima que para eso es la señora del castillo. Aunque debo decir que no se trata exactamente de un castillo ni falta que hace. La cuestión es que yo no pegué ni clavo, tomé el sol y fui muy feliz.
El Viernes Santo me fui con una amiga de la infancia (de la primera infancia, concretamente) a comer a Madrid que es la capital. Y a ver la expo del Thyssen que también está en la capital. La capital es que da para todo. Y allí, entre los expresionistas y sus chafarrinones de color fui de nuevo muy feliz.
Hacía tiempo que doblegada, yo o mis amigas. por la amenaza del Covid no me decidía a salir de casa. Y cuando me decidía, nadie venía conmigo. Por eso el atracón de ver gente y hablar con personas, de disfrutar las comiditas, de mirar el Tajo y la alameda, y los cuadros y los dibujos y… me ha proporcionado un subidón de felicidad. Otra cosa es que después más dura será la caída.
¿Y por qué Samarkanda? Ah eso os lo cuento otro día
ESTADO DE ALARMA
domingo, marzo 21st, 2021Os pensareis que voy a hablaros de la pandemia maldita. Pues no. O de política. Y tampoco porque está la política como para hablar de ella. Horror.
Quiero hablaros de un estado de alarma que me sorprende y además me incordia desde hace tiempo. Mucho. Aunque ya me había olvidado de él.
Voy al Centro Comercial Tremendo y Enorme donde está mi óptica y también mis gafas de cerca, lejos y sol (estas últimas de regalo).
Las pruebo, las pago y salgo. Alegre porque ahora dispongo de nuevo de lo imprescindible para pasear escaparates: capacidad de visión. Como, debido a la dichosa pandemia, he perdido por completo la musculatura precisa para ir de compras y también gran parte del interés por esta actividad, en cuanto veo un par de Ultimos Días de Outlet y otro de Nueva Temporada de Primavera ya estoy agotada y aburrida, por ese orden.
Decido pasar por el lavabo (delicioso eufemismo) e irme a tomar un café que me levante el ánimo. Y ahí, justo enfrente del Señoras, me sorprende de nuevo el estado de alarma que os decía.
PUERTAS ALARMADAS exclama en mayúsculas hiper grandes cada cartel sobre cada puerta. Lo encuentro terrible y me asusto de aquella manera. Si hasta las puertas del Centro Comercial Tremendo y Enorme se alarman, no voy yo a ser menos. Señor, Señor, qué temporadita llevamos.
EL DIA DESPUÉS
jueves, marzo 11th, 2021La tecnología informática y yo nos llevamos como un matrimonio de larga duración y no especialmente bien avenido. Nos necesitamos y, como el roce hace el cariño, no sentimos un odio exagerado de una hacia la otra y viceversa. Pero tampoco estamos en esa etapa primeriza en que creiamos que nuestra mutua compañía nos cambiaría la vida. Para bien, se entiende. Todo lo cual viene a que el siguiente comentario era del 9 M y previo descuelgue completo de Internet solo ahora se hace visible. En fin.
Lo de las mujeres empezó el día antes que, siendo domingo, fue una suma de tiempo libre y demagogia. Y aqui estamos, en el dia después, con algunos comentarios esclarecedores y otros más demagógicos aún que los de anteayer. Me parece a mí que hay ciertas cosas evidentes y el resto son fantasias y ganas de marear la perdiz. Estas son solo mis opiniones, claro.
La actual estructura social penaliza a las chicas, nosotras mismas. Somos nosotras las que compatibilizamos (como podemos) el trabajo dentro y fuera de casa y el cuidado de los hijos, los mayores y los enfermos. Y en este aspecto tenemos para rato.
Ni géneros, ni teorías ni pamplinas (palabra antigua que me encanta). De momento los maltratadores son hombres y las mujeres las maltratadas. Si hay algún caso contrario (yo conocí uno hace tiempo) se trata de la excepción que confirma la regla. Y los violadores, en manada o no, son hombres y las violadas, mujeres. Lo que, por supuesto, no significa que todos los hombres sean unos bestias y todas las mujeres unas benditas.
Y no es preciso entrar en más polémicas sobre el feminismo, el machismo y muchos etcéteras. Cualquier mujer sabe que queda un camino largo para la igualdad. Y que ésta no consiste en que las chicas seamos bomberas o los chicos cocineros de fin de semana y barbacoa con estrella Michelín.
Para mí la única forma de mejora está en la educación que les damos en casa, en lo que ven (más que en lo que escuchan) cuando les ponemos delante el desayuno o les limpiamos los mocos. Y, tal vez, antes de eso, en hacernos conscientes nosotras mismas y nosotros mismos de cómo estamos funcionando en el plano personal. Para eso no nos hace falta esperar al próximo Ochodemarzo.