En la pantalla (monitor me parece que se dice en fino) de mi ordenador, según se entra a mano derecha, hay una columna de publicidad. Una columna permanente. Que además se mueve como las del anuncio aquel del parking y el seguro del coche. Esta columna inquieta y gordota, me trae a mal traer y me marea.
Ahora que los escritores ya no podemos tener pánico al folio en blanco por razones informáticas, merecemos creo yo el mismo respeto. No imagino a Cervantes ni a Corín Tellado, por citar dos escritores célebres, siendo interrumpidos constantemente por un trozo de papel volandero que anunciara tintorería especializada en golas. O un día, una oferta, zapatillas con corazones rosados sólo 4 euros. Ni siquiera, dona sangre, dona vida (mancos abstenerse).
Desconfiando de mi ignorancia informática y confiando en mi informático favorito, le envío un mensaje al susodicho pidiendo auxilio y paz. Que no hay forma de detener la columna publicitaria, me dice a vuelta de e-mail. Que sufra en silencio o a voces porque a él puedo llamarle siempre que quiera y rugir a grito pelado. Que eso tal vez me sirva de desahogo.
Me quedo en meditación frente a la pantalla observando, inevitablemente, la columna. Ahora muestra un señor que engorda y adelgaza a cada pestañeo. ¿Quiere usted saber su peso ideal?, me pregunta la columna indiscreta. Pero no me da la gana de contestarle. Que se fastidie.
Archive for febrero, 2011
La columna
miércoles, febrero 23rd, 2011NO VOLVÍ
martes, febrero 15th, 2011Pedazo recaída y vuelta al sillón, la cama, el sillón… Hartita estoy. Hoy lo intento otra vez y si no… bueno, a la tercera será la vencida.
Último y único comentario de salud: que el pedazo virus resultó ser la Gripe A. Es decir que, con mi falta de puntualidad habitual, llego tarde hasta las enfermedades. Porque la Gripe A es cosa del año pasado. Y además, como ser, la Gripe A ni fué.
La única coartada cultural en estos días de ausencia bloguera, ha sido un continuo maratón de cine en la tele con mi hija o sola. Pero, en contra de la costumbre familiar, con poco “cineforum” posterior debido a 1) dificultad psicológica para realizar correctamente cualquier proceso mental de dificultad media, y 2) dificultad física para enunciar el mencionado proceso mental, mayormente que farfullábamos y nos agotábamos a la cuarta o incluso la tercera palabra.
Esta dificultad 2, la de expresarme verbalmente, la he llevado fatal. Pero muy fatal. De hecho, tengo un atasco interior de palabras. Así que, a partir de hoy… ¡temblad queridas (e incluso queridos)! ¡Mi habitual incontinencia verbal está deseando salir a flote!
¡UUUUUUUFFFFFFFF
miércoles, febrero 2nd, 2011Chicas e incluso chicos, qué malita he estado. Y estoy. Pero ahora ya sin exageraciones (espero). Suponiendo sea cierto aquello de que a partir de los cuarenta si, cuando te levantas, no te duele nada es que estás muerto… pues yo debo tener siete vidas como los gatos. Otra cosa es la calidad de las mencionadas vidas.
Tras casi dos semanas en plan Ikea, de la cama al sofá y del sofá a la cama, me propongo volver a la vida que me gusta: la vida activa. Hoy mismo. Bueno, mañana mismo. Pero por la tarde. Todavía no me da el cuerpo para coartada cultural matinal en forma de exposición de los jardines impresionistas que se me queda de asignatura pendiente. El arte pinturero tiene eso, que hay que pateárselo mucho. Por eso me gusta a mí tanto el séptimo arte que se aprecia bien sentada en un sillón, como una señora. Y el teatro, por la misma razón.
Desde mañana (por la tarde) vuelvo al blog este que se está convirtiendo en monotemático: la salud ante todo. Claro que, teniendo en cuenta, como se me da últimamente lo del dinero y el amor… por lo menos sobre la (falta de) salud tengo mucha materia sobre la que escribir.
Y, por cierto, un beso agradecido a todas, e incluso todos, las (los) que se han interesado por mi desaparición del mundanal ruido y los saraos varios. Y falta gorda a las, e incluso los, que ni se han dado cuenta de mi ausencia. Una estará pocha pero tiene su corazoncito.