Archive for the ‘Uncategorized’ Category

AY ANITA

miércoles, abril 5th, 2023

La primavera esta llena de peligros. Y la primavera empieza prontísimo. Está el campo que parece un mantel de cuadros amarillo. Los muros y vallas se llenan de flores blancas o azules, nacen las camelias a la sombra y estallan de rojo los geranios al sol. Todo bonito/precioso, alergias aparte.

Pero como nada es perfecto, brotan en carreteras y caminos los ciclistas. Ya sé que también nacen ciclistas bajo el asfalto ciudadano. Pero estos me asustan menos. Los ciclistas de carretera son lo más en cuanto a peligros. Y más aún cuando van en grupo, pegaditos unos a otros como una piña o una fuente de torrijas . Todos uniformados talmente para el Tour de Francia con sus cascos de colorines, las camisetas de marca deportiva de lujo y la pantaleta luciendo la pantorrilla como la que iba de Santurce a Bilbao.

Los odio. Y en realidad los motivos de mi odio no son del todo culpa suya. Es cierto que por mucha musculatura que entrenen previamente en el gimnasio, los ciclistas van lentos como el consabido caballo del malo. Y cuando digo lentos es que no pasan, trabajosamente, de los 30 km por hora. Una velocidad de crucero dificil de mantener en coche. Incluso en mi pobrecito utilitario que no es precisamente un meteoro por su rapidez.

Así que debo encomendarme a todos los santos que se me ocurren en el momento para que

1) no se me cale el coche

2) no me lleve por delante a algun brioso ciclista, la gloria de Medina, la flor de Olmedo (es un suponer)

y 3) no me tengan en cuenta los entes celestiales el florido vocabulario que se me sube a la boca sin remedio

Y, con todo, se debe mi odio a otras circunstancias. Que al parecer (no estoy segura) dependen del código de circulación. O mejor dicho, de las recomendaciones que nos hacen desde Tráfico para adelantar a los cicilistas. So pena de multa, pérdida de puntos y/o despanzurre. Y que consisten mayormente en adelantar al mecionado deportista sobre ruedas (2) dejando metro y medio de distancia lateral aunque para ello se pise y rebase la línea continua y se invada el carril contrario. Es decir saltandose a la torera el código de circulación y con frecuencia dandonos a los conductores de vehículos también con ruedas (4) un susto infartante. Porque una, es decir, yo, va por su carril más mona y prudente que ninguna y de pronto se encuentra a dos o tres coches de frente por medio y mitad del mencionado carril. Susto, el primero. Porque lo que estos coches además indican es que, pasando la curva, aparecerá un pelotón de ciclistas primaverales preferible pero no necesariamente al otro lado del camino. Otro susto.

De verdad, los odio. Y además no he podido comentar aun lo de Ana Obregón y debo ser la única

2004

domingo, marzo 19th, 2023

En el mes de marzo ventoso previo a abril lluvioso nos machacan en fechas fijas pero variadas. Pasamos del Ochodemarzo al Dia del Padre o Persona Especial segun ideología o capacidad neurótica. Perdón, neuronal, quise decir. Y pasamos tambien pero de puntillas y más bien por encima por el horror del 11-M. No hay que recrearse en los recuerdos desagradables.

Esto me pilla ordenando artículos antiguos y papeles, para dejar constancia de como pensaba cuando definitivamente se me vaya la memoria.

Y entre ellos, uno de fecha 1 de marzo de 2004. Transcribo los primeros párrafos:

«Ser mujer y madre en la vida y además curranta fuera y dentro del domicilio habitual, puede convertirse en un chollo. Lo estoy oyendo ahora mismito. Desde la radio, el pelotilleo de los políticos me masajea suavemente las neuronas. No sólo merezco una vida mejor sino que los partidos me la van a dar.

Todo consiste en ir a votar en domingo a cualquier candidato. Que del resto se encarga la clase política en su conjunto.

Despego la pestaña y echa una mirada al calendario. Ocho de marzo, día de la Mujer Trabajadora (o sea, todas) y campaña electoral. Ahora lo entiendo. Despertar estos días con las noticias produce un vértigo no del todo desagradable. Soy carne de mimo electoral, qué bien. «

Vuelvo a mirar la fecha y sí: 1 de marzo de 2004. Y yo que creía que habíamos evolucionado tanto… Ya lo decía el poeta, «veinte años no es nada», tango. Y en realidad solo han sido diecinueve.

SENILIDAD

lunes, febrero 27th, 2023

La senilidad es contagiosa. De verdad.

Y no hablo solo de la que aqueja a nuestro Nobel de las Letras favorito y, por contagio, supongo, a su familia. A sus hijos más bien. Porque su señora de (casi) toda la vida calla prudentemente. A lo mejor porque recuerda que en años de mucha juventud y menos escrúpulos le birló el novio, Varguitas le llamaban entonces, a su tía. Los Vargas Llosa lo hacen todo en familia y dicha familia está últimamente muy soliviantada y olvidadiza. Talmente parece que Isabel Preysler haya obligado a don Mario durante ¡ocho años! a ser su chevalier servant. Senilidad, ya digo.

Tampoco me refiero únicamente al pobre don Ramón Tamames que, evidentemente, ha perdido la cabeza. Un poco solo, espero. Los que estudiamos en la Uni con sus libros y su compromiso político de fondo estamos francamente sorprendidos al oirle apadrinar a VOX en la moción de censura. Menudo argumentario. No se trata de evolución de pensamiento, algo muy digno, sino de, pienso yo, enjenacion mental por senilidad. Y además, ahora se tiñe el pelo lo que no favorece a sus 89 años en absoluto.

Yo, donde veo el contagio es en la Comunidad de Madrid, sección salud y mayores. No señalo las condiciones de la sanidad publica y etc que están ya muy sobadas y poco resueltas. Hablo de un idealismo absurdo que planea sobre nuestros ancianitos, que no han hecho nada los pobres que lo merezca. Mi mami tiene 900 años (aprox.) y Alzheimer en etapa grave y está en una residencia ocupando una plaza concertada con la Comunidad. La semana pasada se cayo por la noche dos veces de la cama. Pregunto por qué dicha cama no tiene barandillas que lo impidan. Y me cuentan que la Comunidad «no es partidaria». Que las barandillas son «un sistema de sujeción» y, como tal, coartan la libertad del individuo. En este caso, individua y pariente mía en primerisimo grado. Segun me cuenta su médico es dificil convencer a «la Comunidad» (ente misterioso pero que manda mucho) de que es peor una rotura de cadera o de brazo o de lo que sea que limitar ligeramente los movimientos de la persona. Y ahi es donde aprecio claramente lo contagioso de este mal de mayores. Porque en la Comunidad sección geriatría están dando claras muestras no ya de idealismo trasnochado o de ignorancia, sino de senilidad. La parte pensante de la cabeza se les ha llenado de flores, nubes y pajaritos. O buitres, según se mire.

LOS MALOS

domingo, febrero 12th, 2023

Iba un malo por la calle y por la noche, de paseíto y pensando maldades, tan tranquilo. Vio mi pobrecito utilitario que es rojo colorado precisamente para verlo (el anterior lo he perdido por la mitad de los aparcamientos públicos de Madrid), tan bien aparcadito junto a la acera y se le ocurriò una maldad nueva. Tiró de navaja (o de cuchillo carnicero, no tengo muy claro que llevan los malos para pinchar y cortar) y le pegó un tajo al retrovisor de la derecha, sí, el del lado de la acera, para que no hubiera dudas de que había sido a propósito y no por accidente..

De resultas de lo cual el espejo quedó como desmayado y con su vida útil pendiente de un hilo, bueno, de un cable. Y yo, entre desconcertada y furiosa. Porque, vamos a ver ¿qué beneficio le proporciona a un malo ir por la vida acuchillando espejos de coche ajeno? Lo consulto con mi hija que es psicóloga titulada y en ejercicio. Que no sabe, que no se lo explica. Maldad gratuita, resume y resumo.

Así que vivimos en una película de Tarantino pero con menos gracia y el personal preocupándose por lo que Vargas Llosa escribe de la Preisler and family. Que, dicho sea de paso, es de lo peorcito y la mejor manera de escenificar que es preferible poner aparte la obra de un artista o, en este caso, un grandísimo escritor, de su biografía.

Hay malos de primera categoría, otros más bien cutres y por último, ancianitos jugando a ser malotes con la última pataleta. Qué pena.

NADA

domingo, enero 29th, 2023

Hoy propongo un ejercicio copiado de una conversación entre Felipito y Mafalda.

_ ¿qué vas a hacer hoy? _ pregunta mi marisabia favorita.

_ nada_ responde el jovencito más indeciso del mundo.

_pero eso ya lo hiciste ayer ¿no? _se sorprende Mafalda.

_sí, pero no terminé _ puntualiza el mejor peinado de la pandilla.

Me parece una idea sobresaliente. En especial para el fin de semana. Hacer nada con dedicación y esfuerzo. Hasta acabar la tarea. Gracias Quino.

LO SÉ

domingo, enero 15th, 2023

Clarísimo lo tengo. Habiendo todo lo que hay en este mundo cruel, hablar de Shakira y sus bobadas es una ídem. Maxime cuando ya ha opinado tanta gente. Pero, de verdad, es que no he podido resistirme.

El señor Piqué me cae gordo, ya de antes. Y ella tampoco me gusta. O más bien, no me gustaba.

Me parecía una monita rubia que meneaba bien las caderas y waka waka. Poco más.: su fraude a Hacienda me da mucha rabia porque me parece una muestra de avaricia enorme en una señora que no tiene problemas para llegar a fin de mes. Y de soberbia también, como que se cree que todos somos tontos.

Pero mira, que le cante a don Gerard lo que le canta me ha estusiasmado. Más de una y más de dos hubieran cantado lo mismo. Yo no porque siempre digo que a mi me plantaron por méritos propios. Soy insustituible, de modo que sin Twingo ni nada.

No creo que esas canciones sirvan de mucho pero Shakira, desde luego, se ha quedado a gusto. La imagino con cuatro expertos de marketing enfrente (y un abogado a cada lado) diseñando con música (poca) y letra (mucha) algo para fastidiar al enemigo. Hay enemigos muy fastidiables. y alguno va pidiendo el fastidio a gritos. Pienso que para un machote alfa no hay nada peor que el ridículo. Pues don Gerard debe estar pasando un momento, como diría mi hermana, «impeorable». Lo sé.

LAS CHICAS

martes, enero 10th, 2023

Las chicas son… guerreras. Lo cantábamos en los 80 y no era verdad. O sí pero poco. Como ahora.

Se han acabado las fiestas, los Reyes han sido tan buenos como nosotros y empezamos 2023 con cuatro mujeres muertas por sus parejas o ex. Cerramos 2022 con una mujer asesinada a la semana . Y este suma y sigue aterrador continúa.

Las chicas son guerreras pero poco. O será que somos más flojitas. O que las instituciones nos llenan de palabras, buenas palabras pero poco efectivas. El Ministro de la cosa reúne a los Cuerpos de Seguridad para ver si tienen ideas. Y la Ministra de la cosa tiene ideas pero nada más.

Sé que hemos avanzado mucho. Un montón incluso. Que ya no se llama «crimen pasional» a estas barbaridades en que un tipo se carga a su señora con los niños delante. O se carga a los niños con su señora delante. Es un ejemplo.

Pero no nos olvidemos que en nuestro parlamento de 350 diputados hay 52 que creen y lo dicen sin ningun rubor que la violencia de género no existe. No está claro si piensan que las asesinadas se han muerto de risa o de asco.

Propongo es este 2023 tan recien estrenado, que las chicas seamos cada vez más guerreras.

DANDO VUELTAS

lunes, diciembre 26th, 2022

Asi he pasado Nochebuena y Navidad, dando vueltas. Por la Comunidad de Madrid, grande y poblada como es.

La propiamente noche de Nochebuena yendo a Madrid capital por la parte del Estadio Bernabeu aparecí en la avda. del Vestisquero de la Condesa que aparte de su nombre precioso y sugerente, está lejísimos. O eso me dijeron, porque es de mis sitios favoritos a base de ir e ir allí aunque no quiera ir. Es ver la Clínica Cemtro y después el Hospital Ruber Internacional y me ubico inmediatamente: ya estoy en lo del Ventisquero de la Condesa, ahora sólo hay que salir.

Luego no había forma de aparcar. Vamos, formas sí había aunque desconozco la mayoría debido a mi torpeza intrínseca. Lo que no había era sitio y lugar donde abandonar a mi pobrecito utilitario. Tuve que pedir auxilio y lo obtuve, gracias a Dios.

La Navidad la pasé en la casa de campo de mi hija que es mucho más campo que casa y está preciosa. Pero lejos, eso sí. Incluso muy lejos aunque aún, por muy poco, dentro de la Comunidad.

Pues me perdí. A pesar de que esta vez la culpa no fue del todo mía sino del GPS que se hizo un lío de pronto y empezó a desvariar .Y enmudeció además. Un horror. Lo primero decidió que lo que yo tenia que hacer era ir incesantemente a Leganés. Magnífico pueblo, cuna de los pepineros y su equipo de fútbol y cada día más bonito con sus chalets nuevos tan modernos. Solo que yo no pintaba nada ahí. De modo que le insistía al aparato que me llevara más bien hacia la carretera de los pantanos donde, justo al final, vive mi hija. No quería. De hecho cada vez que lograba escapar me redirigía _así lo llama el trasto_ a Leganés de nuevo.

Después me gui´ó en un recorrido por la Mancha que ni don Quijote. Y concretamente un par de veces a Perales del Rio que está justito donde empieza el más allá. Y que, así, a simple vista al volante, ni perales ni río. Lo sé porque el aparatito este malévolo me hubiera dicho (bueno, puesto en el mapa) que me tirara al río ese. Y no. Recorrí también una carretera que cruzaba la mitad inferior de la Mancha y pasaba por un sitio de nombre imaginativo y maravilloso: Estanque de Tormentas. Me encantó.

En una de esas ya me puse firme y me negué a obedecerle. Y yo solita por mis propios medios logré llegar a una gasolinera donde me detuve y solicité ayuda lo antes posible. Un chico joven me salvó la vida. Trasteó con el trasto y me dijo que, definitivamente, el GPS se había vuelto loco y mudo. El arreglo fue maravilloso en su sencillez: se apaga la APP y se vuelve a encender. Y, hala, todo un espectáculo de luz y sonido. Llegué a casa de mi hija, donde los pinos, las encinas y los olivos sin mayor dificultad. Qué bien.

No podemos m´as

martes, diciembre 20th, 2022

Me acuerdo muchísimo de Asurancetourix, el jefe de la irreductible aldea gala donde viven Asterix y Obelix. El valiente jefe galo sólo tenía miedo a que el cielo, un buen día, cayera sobre su cabeza. Y eso es exactamente lo que ha pasado en Madrid, que es mi pueblo.

No podemos más. Dice un amigo mío asturiano que “Madrid no sabe llover” y cuánta razón tiene. Cuando se trata de agua _aparte de la del grifo que es excelente_ esta ciudad y los pueblos vecinos se hacen un lío. Habitualmente el asunto se resuelve en un par de chubascos tremendos y, durante el verano, además, con el añadido de gran aparato eléctrico.  Expresión meteorológica que me encanta y me sugiere imágenes de electrodomésticos volanderos y de buen tamaño. Un gran aparato eléctrico sería por ejemplo, una nevera grandota voladora.

Pero ahora no es como habitualmente. Para nada. Lo de hoy mismo o ayer o cualquier día excepto el sábado pasado es una lluvia pesada y continua, sin intermitencias, sin descanso tampoco. Y el cielo blanco. Un cielo apropiadísimo para nuestro norte, para el país de las verdes praderas. Pero que no tiene nada que hacer en mi queridísimo poblachón manchego. Cuando aquí llevamos un par de días sin ver el sol y su abrigo azul rabioso, nos alarmamos. No sabemos conducir con sirimiri pues imaginaos estos días. Los madrileños sentimos que el agua debe estar en la playa y, lo más cerca, en los pantanos. Un agua ordenadita que se evapora a mogollón todos los veranos con la pertinaz sequía y aparece de nuevo en noviembre. A veces de manera algo exagerada para equilibrar lo del verano estreñido que os decía.

Los madrileños además con esta agua descolocada que nos llega del piso de arriba nos ponemos de un humor de perros. “Llueven gatos y perros” dicen los anglosajones cuando cae una buena. Pues eso, que aquí no somos anglosajones en absoluto. Y no podemos más.

UNA EXPERIENCIA

martes, diciembre 20th, 2022

Mi yerno favorito me invita a un concierto de handpan, exótico instrumento al parecer. El día de mi cumpleaños. Que sí y que iré encantada, le digo. Primero porque yo, a mi yerno favorito, no le niego nada y después porque no habiendo oído en mi vida hablar del instrumento este, pienso que será una nueva experiencia. Y eso es lo que necesito según me voy haciendo más mayor y mis amigos conmigo, ahora que empieza a parecernos que ya sabemos de todo y nada puede sorprendernos.

Error. Siempre queda algo por descubrir. En mi ignorancia iba yo a un concierto tipo clásico en patio de butacas. Comprendí que no al ver que el local era un anexo a los bajos de Pachá donde la cola daba vuelta bajo la lluvia a media plaza de Barceló. Bueno, pensé, pues más emoción. Dentro, todo era oscuridad pero por lo menos no llovía.

Para ignorantes como era yo la semana pasada, os diré que así, de primera impresión, el instrumento es como un wok boca abajo con algunos agujeros todo alrededor, como por exceso de cocción. Luego, ya aposentada (y no sentada porque sillas no había) vi que se asemejaba notablemente a una nave espacial con sus hoyos extraños en la parte superior y un agujero grandote en la parte inferior, la zona por donde salen los extraterrestes en las películas del género. Todo como muy metalizado y brillante. Los aliens, ya se sabe, siempre llevan la nave reluciente y limpísima.

Eché un vistazo al público alrededor que, para mi sorpresa, no era una colección de jovencísimos sino un muestrario de treintañeros a punto de cuarentones y de cuarentones propiamente dichos.  Estos últimos, ya con cuerpo y pinta de trabajar de lunes a viernes, intentaban disimular edad y condición por el muy equivocado método de obviar la camisa y llevar todos cuello redondo a flor de piel. Error. Otro error más. Hay unos años (pocos) en que puede ir uno por la vida luciendo el cuello (propio). Y muchos, muchisimos más, en que es mejor cubrir las carnes bajo la barbilla con cualquier tipo de cuello camisero, alto o cisne. Especial caballeros: no se es más progre por afeitarse la calvicie, dejarse barba de cuatro días y enseñar el cuello al descubierto. Ya, la camisa es burguesa y anticuada pero… tapa. Mantengamos la ilusión antes del desplome total. Meditemos sobre el cuello de Harrison Ford desde que cumplió los taitantos.  

 Nos consiguen dos sillas (mi yerno favorito ha aportado además mamá americana de visita, tan desconcertada como yo) y llega la música. Me suena, propiamente. No sé a qué. Es como música para hacer tai chi. Pero luego se enrabieta y sube el tono. Y ya sé a qué me suena: es música para documental  de ballenas. O cachalotes. Incluso orcas asesinas. Allí estamos en el subsuelo más subsuelo de la plaza de Barceló, tres o cuatro pisos por encima del infierno, escuchando música intelectual de acuario.

Una nueva experiencia, sí señor. Y total, fuera llueve.