Archive for the ‘Uncategorized’ Category

DE PENES Y BICICLETAS

miércoles, julio 5th, 2017

Estoy motorizada en mi bólido rojo colorao y espero pacientemente a que una ancianita amorosa pero muy ancianita cruce despaciosamente el paso cebra. Con tantos años y tanta vida como aparenta, me parece que se ha ganado ir tranquila y sin prisas.

Cuando por fin toca acera, arranco. Y del espacio estelar o algun lugar igualmente etéreo surge una bicicleta con enérgumeno encima que intenta atropellarme. Freno en seco y me dispongo a que él se disculpe y yo sea amable y comprensiva porque la juventud ciclista tiene eso, que va deprisa y le da lo mismo el paso cebra, la acera o la calzada.

Pues no se disculpa, no.  Por el contrario me hace partícipe de que, en su opinión,  soy una parienta demenciada. Y que a gentes como yo y otros motorizados se debe el cambio climático (¡¡¡!!!). Y además me aclara a grito pelado que él  con su bici va por dónde le sale de su miembro masculino. Que debe ser un problema  ya que me comenta también que tiene su mencionado miembro masculino del tamaño y forma de una cazuela.

No lo dice así, claro, sino en rima populachera y soez.  Pero, vamos, eso es lo que se le entiende.  Así que he sido primero ignorada y luego insultada por un jovenzuelo que lleva la agresividad a pedales, la vista escasa y desde luego no al frente y un peinado horroroso.  Ese tan a la moda que consiste en afeitarse el cogote hasta la coronilla y dejarse ahí arriba un matojo piloso por si algun pájaro quiere anidar y no encuentra donde.

No quiero pensar lo que harán estos jóvenes conmigo cuando  sea una ancianita amorosa. Si es que llego.

EFECTOS COLATERALES

jueves, abril 27th, 2017

Ultimamente mi vida es talmente la de un refugiado al que le hubiera explotado una bomba a ladito. Pero con techo. El susto sí es parecido porque menudo plan…. Voy de médico en médico sola o acompañada o acompañante. Voy de rehabilitador en masajista y pongo mi cuerpo a disposición de la ciencia médica y las ciencias naturales. Voy de médico de madre a otro médico de madre y más y más… En fin, cuando empecé este blog hace un par de eras glaciales, no era mi intención dedicarlo a contar mis males y los de los parientes proximos. Pero es que como voy abandonando la vida social, la cultural y algunas otras vidas, pues… poco me queda.
Tal vez los Efectos Colaterales. Que en este caso, me abren la mente a nuevos horizontes. Y hacen que se tambaleen ideas muy arraigadas en mí.
Salgo de rehabilitación de rodilla y cuando ya voy hacia el ascensor, oigo a mi fisioterapeuta favorito comentar que él también se va.
Me doy la vuelta para decirle que, si quiere, le acerco a algun lado en mi bólido rojo colorao. Pero no le localizo, en el ascensor me esperan y renuncio a buscarle por los pasillos.
Mi idea arraigada es esta vez la noción de que un chico en tercero de grado y en prácticas, se moverá por la vida en transporte público y económico.
Cuando espero en la barrera del aparcamiento para introducir el ticket, me fijo en el coche de delante. Es un bmw espectacular, no uno corriente. Es el auténtico BMW con mayúsculas. ¿Y de quién es esa manita que asoma con su ticket? Esa manita la conozco yo y sobre todo mi rodilla, perfectamente. Es la mano de mi fisio favorito.
Si mi Toyotita chiquitín y rojo colorao pudiera avergonzarse (que a lo mejor sí puede) bajaría la cabeza y se pondría más rojo todavía.
En las dudas yo saludo alegremente sacando la mano por la ventanilla y poniendo sonrisa espléndida.
Y desarraigo mi idea arraigada de la pobreza de los estudiantes en prácticas. Siempre se aprende algo nuevo.

EL POBRE FAVORITO

domingo, abril 9th, 2017

Un poema para intelectuales, o sea, en inglés y con mucho mensaje interior, se coló en este blog. Y me ha tenido blogqueada durante un mes o así.

Pero parece que ya está arreglado y he vuelto a la vida.

Ayer, miércoles 8, día de santa Elisenda, he descubierto en la calle a mi pobre favorito. Sentado al sol pero en el suelo. Apoyado contra la pared del hotel que hace esquina entre el paseo del Prado y la calle Atocha, en un lugar más castizo que la verbena de la Paloma. Y por el lado que queda frente al Jardín Botánico porque el otro estaba en sombra y frío pelón.

Iba bien abrigado,  lucía una barba rubiales de hipster extranjero y los ojos más azules de la acera. Pienso ahora que será extranjero pero poco,  porque se manejaba muy bien en castellano.

A la derecha, delante de él, un cartel apoyado en un sombrero gris con la copa hundida primorosamente para formar una especie de bandeja.

El cartel es un trozo de cartón y las letras están pintadas con un rotulador negro. Un cartel como todos.  Lo diferente es lo que pone: Para Un Ferrari, dice.

Le pregunto y me explica:

_”Cada uno pide para lo que quiere ¿no? cada uno pide para lo que le gusta. Y además, así se charla con la gente”

Y en eso lleva toda la razón. Me alegra además saber que no pide para una madre deshauciada, una mujer enferma o cinco hijos hambrientos. Que lo suyo es pasión por un Ferrari. Testa Rossa, supongo, y de color rojo reventón.

Así que rompiendo mi norma de no dar dinero en la calle a los que piden (ya sé que a muchos no les parecerá bien pero es mi norma) pongo moneditas en el sombrero.  Y le propongo para Pobre del Año en Madrid. O  al menos, para Pobre Favorito.

SABERES MILENARIOS

viernes, marzo 17th, 2017

Me hace la pedicura una señora muy agradable y súper hábil. Esto último es fundamental para tratar con los deditos de mis pies. Además viene a casa, lo que me permite estar vestida casual (muy casual incluso) y en chanclas para no dejarme el esmalte de uñas en el interior de ningun zapato y las propias uñas hechas un desastre.
Bueno, pues todo ídolo tiene los pies de barro, acabo de comprobarlo.
Está ella, cuchilla de profesional en mano, dejándome la planta del pie derecho suave como culito de bebé cuando…
_Ah, digo yo
_¿Por qué salta?, dice ella
Y luego se calla porque ya ha visto la razón. Que es un chorro de sangre que brota de mi pie.
Un chorro ¿eh?, no unas gotitas en plan la mamá de Blancanieves cuando se pinchó el dedo cosiendo.
Ni un goterón como cuando los maridos o, en su defecto, padres o hermanos, se cortan afeitándose y se colocan un trocito de papel higiénico para absorber ese punto sanguinolento que desaparece en dos segundos.
No, lo mío es una hemorragia como de película del Oeste y protagonista guaperas. Que tiene que venir un brujo indio y colocar un emplasto de hierbas envuelto en un trapito asqueroso en la herida y no se sabe quién se ha camelado al guionista porque el chico, en vez de cogerse una infección tremenda o que se le gangrene el pie o algo así, pues se cura. Y recupera las suficientes fuerzas para ligar con la joven hija del brujo indio que parece muy limpita y apañada y guapa y le va a convertir en un hombre sedentario y va a tener la cabaña de troncos como los chorros del oro.
Bueno, me parece que me he ido un poquito del tema central. Que es mi pie derecho con un pequeño corte en la planta pero soltando sangre como un cerdo, con perdón, degollado. Pero muy degollado.
La señora pedicura está preocupadísima y eso me alarma a mí también. Porque ya hemos gastado kilos de papel de cocina hiperabsorbente y aquello empieza a parecer una merienda en casa del conde Drácula.
Por el medio y debido a los nervios (supongo, a no ser que se haya aficionado la señora esta a la tortura), me seca la sangre con un algodón empapado en acetona y manchado de esmalte rojísimo. Como corresponde. Y así, sentada como estoy, pego un brinco digno de perrito de circo.
Al fin, en vista de que ya llevamos una hora, consiento en lo que ella quería hacer desde el principio. Que es parecido a lo del brujo indio pero sin trapito sucio ni prota guapetón ni nada. Consiste en aplicar una cucharada de café molido a la herida y esperar a ver. No me fío mucho porque este café debe tener mogollón de elementos químicos y perniciosos. Pero pienso en el algodón con acetona y no puede ser peor, digo yo.
_¿Siente como ardor? pregunta ella.
_Escuece que te matas, contesto yo.
Y ya nos callamos las dos y esperamos y en un ratito mi pie deja de sangrar. Saberes milenarios y tal. Qué cosas.

LA IMAGEN

miércoles, enero 4th, 2017

En uno de los saraos propios de la estación, he conocido a una dama de profesión envidiable. Es asesora de imagen. En todos los sentidos, desde los colores que podemos y debemos utilizar al largo de la falda o el volumen de la chaqueta que obligatoriamente tenemos que evitar. Todo ello enfocado a ir guapas y seguras por la vida. Seguras de nosotras mismas, se entiende.

Porque cuando una se mira al espejo y se encuentra hermosa, espléndida, elegante, etc sale de casa pisando fuerte y esa fuerza no la pierde en todo el día. Por eso digo que es una profesión maravillosa.  Lograr que una persona saque lo mejor de una misma por dentro y por fuera, debe dar mucha felicidad. Digo yo.
Oyéndola contar sus experiencias he comprendido mi problema. Que es, principalmente, que al verme en el espejo me veo sólo hermosa. Cuando acaben estos festejos, sé además porque más sabe el diablo por viejo que por diablo, que me encontraré hermosísima. Y esto me baja la moral. Una tontería porque la belleza está en el interior y etc, y porque hermosísima y todo, estoy estupenda.
En fin, mientras ahorro para el Psicólogo Desconocido al que yo le haría un monumento con lamparita de aceite inapagable y mientras continúo ahorrando para el Psicólogo Desconocido este, debido a que ni hija ni yerno quieren tratarme, mientras tanto, digo, he descubierto una fórmula para salir en las fotos como a mi me gusta. Por lo menos para las fotos de grupo y cuerpo entero.

Tiene algunas exigencias respecto al atrezzo pero el resultado es tan bueno que merece la pena.
Consiste en encontrar o hacerse con un par de sofás colocados en L. Distribuir a los demás invitados a la foto en los mencionados sofás. Y cuando ya están todos preparados y sonrientes, salto yo grácilmente por la esquina de los sofás y me coloco allí mismito. Detrás. Asomando únicamente la cabeza y la pechuga como un busto romano.
La necesidad de ser grácil (y ágil), es decir, de mantener durante el salto una apariencia armónica y graciosa, se debe a que en ese lugar suele haber siempre una mesita incordiando. O una lámpara alta. O cualquier elemento disuasorio para evitar que el personal haga justamente lo que yo recomiendo: gimnasia o yoga (por los retorcimientos de piernas y brazos sin perder nunca la sonrisa) por medio y mitad del salón.
Hay, además, que ponerse de rodillas para mostrar sólo lo mejor de una misma. Y elegir el perfil bueno que, en mi caso, es como el de Julio Iglesias, el izquierdo. O no, nunca me acuerdo y así salgo de desastrosa en los móviles de mis amigas.
Lo he comprobado ya un par de veces y… éxito total. Me voy a hacer yo también asesora de imagen.

FELIZ NAVIDAD

sábado, diciembre 17th, 2016

Hay días en que no apetece escribir y días _y noches también_ en que no es posible. Las comidas y cenas de navidad empiezan cada año antes. Y una que es sociable por demás, intenta no perderse una. La dieta mevoyaponermonísima se aleja despacio pero con seguridad. Al paso que va, se va a cruzar con los Reyes que ya vienen por los arenales. Es que no se puede hacer una a todo. Aunque sigo intentándolo.
Pasa además que estoy mayor. No lo digo con pena ni alegría, simplemente constato un hecho. Mis hijos y sobrinos, pertenecen a una generación de barra, taburete alto y cerveza. Yo soy de las quintas de mesón, taburete bajo y vinos. En los taburetes cerveceros, una vez que logro subirme _que no es tan pero tan fácil_ me cuelgan los pies. Restringida de movimientos y haciendo, al mismo tiempo, equilibrios, pues… que no me pide el cuerpo bebidas tirando a nórdicas. Ni birras _denominación ya en sí joven y poligonera_ ni gintonics. Si voy de barra acabo pidiendo cocacola zero, una humillación. Y así no hay quien escriba.
En fin, que entre unas cosas y otras y la digestión de setas de temporada al foie y de verdinas con langostinos a la Pili (que es la amiga que invita), se me va un tiempín sin sentarme a contaros asuntos importantes.
Menudencias, sí, de esas tengo varias. Menudencias que, chiquitinas como son, se incrustan en el tejido de estos días para crear el tapiz de la Navidad. Lo sé, esto es una cursilada, me he pasado el semáforo. Es que en esta época siempre estoy un poco blandita.
Está, por ejemplo, el aporte inmarcesible de mi hija y mi sobrina más sobrina a la puesta de nacimiento. Ambas aunaron esfuerzos y opiniones encontradas y el resultado ha sido un belén… original. Y muy risueño. Con una manifestación de figuritas reunidas bajo el pueblo y junto al río, que solo les falta una pancarta de Rodeemos El Congreso. Y una acumulación de gallinas, ovejas y cerdos que convierte la calle Mayor del mencionado pueblo en una Feria de Ganado. Provincial probablemente, por el número de animales. Con ciertos problemas en el tendido eléctrico que han dejado el portal a oscuras y un río convertido este año en laguna. Pero, eso sí, todo un derroche de cariño.
O una comida de amigas que no sólo celebran las Felices Pascuas sino, precisamente, la amistad. La amistad es un sitio de descanso y relajación con calorcito (o calorazo, según calefacciones) donde una se siente comprendida, respaldada y… encantada de la vida. Qué bien y qué Feliz Navidad.

Fashion

martes, noviembre 15th, 2016

Lo malo no es que haya ganado Trump (aunque también) sino que ya hablamos en americano desde antes. Desde mucho antes.
Hace unos trescientos veinte años o así estuve viviendo un año en Francia. Y, en mi ignorancia y juventud, me reía de los franceses y su manera de hablar mechada de anglicismos y americanismos del norte. Cuando les oía decir el Weekend (con acento en la última “e”) porque le fin de la semaine les parecía demasiado largo, pensaba que menudos vagos y pobres Zola y Balzac y…
Hace algo menos, pasé diez años larguitos escribiendo cada sábado sobre moda y belleza. Me esforzaba por hacerlo con estilo y en buen castellano e intentaba traducir los términos extranjeros con los que topaba. No todo el mundo, pensaba, tiene por qué saber inglés.
Ahora, cuando leo algo acerca de moda y similares, se me ponen los pelos de punta y ya no llego a leer de belleza.
Yo no me pongo un outfit total look, sino un conjunto de un solo color, monócromo, vaya. Tal vez porque no soy demasiado trendy ni una it girl (en realidad , ni girl).
No suelo llevar un vestido off the shoulders porque opino que no me favorece, no voy shopping sino de compras y, en general, no a un outlet sino como mucho a unas rebajas. Y no necesito un totebag, con mi bolso (despacho o no) cabetodo tengo suficiente. Para colmo, no llevo leggins sino leotardos (horrible palabra, lo sé, pero aún así) y mis vestidos no llevan print sino estampados. Tampoco pongo los pies en las sneakers sino en las deportivas y muy poco porque el sport no es lo mío. Prefiero ir de pija a ser preppy y las tallas grandotas al oversize.
Con el street style no me aclaro, lo confieso: ¿estilo de calle? o sea, ¿¿estilo de fuera de casa?? ¿Quiere decir que nada de Pyrenees dressing gown o/y bata de guata? Y también me confunde un poco el look off duty (¿incluye vestido de fiesta con mucho bling bling, perdón, brillos, o debe ser un Off duty tranquilón de vaqueros /jeans y camiseta/top???
No me aclaro con este berenjenal o eggplant field. Y así nunca llegaré a ser una influencer ni mucho menos una celebrity, qué le vamos a hacer. Y encima ha ganado Trump.

EL BOLSO…

sábado, octubre 29th, 2016

Hoy voy a hablaros de mi amiga Victoria. Yo es que tengo amigas _buenas_ para todo. Victoria es mejor que la Real Academia cuando se trata de definiciones.
El otro día me ve acarreando el bolso al hombro y procurando no perder el equilibrio. Y me dice:
_Ah, ¿tú también te has traído el bolso-despacho?
Elegante definición para lo que yo suelo llamar el bolso-mochilero o el bolsísimo.
El bolso-despacho es el que lleva cualquier mujer que no tenga vástagos jovencísimos. Cuando los míos eran, respectivamente, enano y enana, en el bolso cabían además un chupete rosa y un trapo limpiatodo para lo que su nombre indica al que yo, optimista siempre, llamaba toallita.
El bolso-despacho contiene o puede contener sin despeinarse
_móvil
_tablet
_un bolígrafo o dos
_un lápiz o dos
_bolsa de maquillaje
_barra de labios (aparte)
_cartera que a su vez incluye tarjetas de crédito, DNI, tarjeta sanitaria, tarjeta de la Sanidad privada que nos cuesta un ojo de la cara y la yema del otro, tarjeta sanitaria de algun hijo (menor) o madre (mayor), carné de conducir, carné de la biblioteca, del gimnasio, de mi cine favorito y de varias tiendas o supermercados, dinero en billetes y un cuarto de kilo de dinero en monedas.
_pañuelos de papel (no digo Kleenex, como todos los llamamos, para no hacer publicidad)
_cepillo pequeño, peine, o ambos según peinado y necesidades
_gafas de cerca
_gafas de lejos aunque sólo se usen para conducir en la noche oscura
_gafas de sol
_Llaves. Muuuuchas llaves en versión juntas en llavero multitarea o separadas en distintos llaveros. Llaves de casa, del coche, del coche del cónyuge (de haberlo, que no todas somos Ana Mato)…
_pastillas de menta o similar
_chicles de menta o similar
_una barrita energética o una bolsa (pequeña) de patatas fritas, según gustos y curvas
_un abanico aunque sea enero (por si continuamos con el cambio climático)
_una botellita de agua para todo o, en mi caso, de cocacola para levantar la tensión
_un libro,electrónico o no, por si hay que esperar en algun sitio o en el atasco
_una revista por si hay que esperar poco o el atasco es pequeño
Eso, así, que se me ocurra al pronto.
Cuando conduzco, tengo la costumbre de dejar mi bolso-despacho en el asiento del copiloto. Mala costumbre porque cualquier día viene un malo, me rompe la ventanilla y se me lleva el bolso-despacho, todo en un segundo.
Bueno, pues ayer y no es la primera vez que me pasa, se pone a pitar el avisador de que alguien no lleva el cinturón de seguridad puesto.
Compruebo que estoy atada y bien atada y, dado que voy sola, no entiendo nada. Hasta que recuerdo que el avisador dando pitiditos no es novedad: bajo el bolso-despacho al suelo y deja de sonar el avisador.
Ahora lo que me gustaría saber es cuanto tiene que haber de peso sobre el asiento para que el avisador, torpón como es, piense que se trata de una persona. No vaya a ser que lleve el bolso demasiado lleno y se me vaya a perjudicar la espalda.

POR LOS PELOS

viernes, octubre 14th, 2016

Estaba viendo a Trump por la tele (de más cerca no me atrevería, me da muchísimo miedo) cuando me acordé de mi amiga la Goikoa. Ella me descubrió hace años el gran secreto dictatorial de Hollywood: está prohibido ser calvo.
En el Hollywood de ahora (el de antes tenía otro tipo de censura) se puede ser bebedor, drogata, aficionado al parchís o a las armas de fuego. En otro orden, está también permitido ser lesbiana, gay, transexual o bisexual. Lo que no se admite es ser calvo.
Quite usted a Yul Brinner y Telly Savalas en sus respectivos momentos y no hay más actores (ni actrices, si a ello vamos y exceptuamos a Sigourney Weber) que luzcan cráneo rebrillante. Todo lo más existe Sean Connery que es un calvo mediopensionista: unos días luce cabeza fieramente peluda y otros, se peina con bayeta.
De los (más o menos) nuevos, ninguno. Ni Russell Crowe que no me gusta que a los toros te pongas la minifalda de gladiador, ni Colin Firth o Leonardo de Carpio que ya tienen edad. Tampoco Hugh Grant o Jhonny Depp. Los piratas del Caribe tendrán problemas dentales o visuales pero, de alopecia, cero patatero. Y¿os imaginais a Andy García con la frente despejadísima a juego con las entradas que sobre las sienes luce? Pues eso.
De Pitt, me llamo Pitt, Brad Pitt, mejor ni hablamos. A lo peor Angelita Bonita le ha plantado porque lleva peluquín y eso, el peluquín me lo quito y me lo pongo, traumatiza un montón a los hijos. Propios y ajenos.
Bueno, de todo esto me he acordado viendo a Trump y su peinado ensaimada rellena de cabello de ángel. Qué susto.

¿DE DONDE SALE ESA GATA

miércoles, junio 29th, 2011

¿Por qué cualidades es posible identificar el maullido de una gata en celo a las 04.17 de la madrugada?
1) Porque no se parece en nada a lo que normalmente se entiende por un maullido de gato o gata, no sabría precisar. Más bien suena como debe sonar una criatura tipo ente infernal que se ha quemado los dedos (o lo que tenga en su lugar) con hielo seco. En el intento de prepararse un Martini también seco e infernal por demás. Escalofriante.
2) Porque produce en el bello o bella durmiente un sobresalto que no sólo le deja a uno o una con las neuronas erizadas del susto sino escuchándose los interiores e intentando averiguar si, además de las palpitaciones, se le está instalando a uno o una un intensísimo dolor en el brazo izquierdo. Porque el infarto acecha en la oscuridad y no sabemos el día ni la hora
3) Porque al primer alarido, le sigue inmediatamente un segundo estruendo gatuno desgarrador y, a continuación todo el coro de felinos machos, cercanos o lejanos, se pone en marcha. Y cuando digo “todo” incluyo al gato Félix, Tom el de Tom y Jerry sin Jerry, Silvestre, los Aristogatos y… ¿cómo se llamaba aquel gato callejero que tenía pandilla y siempre andaba a vueltas con las tapas metálicas de los cubos de basura? pues ése también.
4) Porque el sueño posterior (que, además tarda en recuperarse) se llena de gatos enormes tipo tigre bajito y alguna imagen de la Mujer Pantera al borde del ataque de nervios.

Y a todo esto… ¿de dónde ha salido en mitad de la noche oscura esa gata?